14 abril 2011

La primera mujer Alcaldesa de la Segunda República Española

María Domínguez, la primera mujer alcaldesa de España.

Los golpes en la puerta en mitad de la noche la estremecieron, aunque esperaba aquella visita nocturna. Aquel septiembre hacía frío y las nieblas recorrían la comarca retrasando la vendimia. Por eso estaba sentada en la cocina, envuelta en una manta. Los demás moradores de la casa se habían acostado tras la cena, una pobre sopa de cebolla y algo de pan. Esa sería la última cena de la que había sido alcaldesa de Gallur.

Ella sabía que ésa sería la noche elegida por las partidas de falangistas que recorrían los pueblos para ajustar cuentas en el pueblo. Arrojando la manta al suelo se precipitó a abrir la puerta para evitar que aquellos golpes en la puerta despertasen a sus familiares quienes también sabían lo que iba a ocurrir. A Arturo, su segundo marido, ya lo habían fusilado unos días antes en Tabuenca. Ahora le tocaba a ella el turno de la venganza.


Con un gesto, sin una sola palabra, le indicaron que debía subir a una camioneta que tenía el motor en marcha. Todos eran hombres. Los rostros de tres de ellos le resultaron familiares a pesar de que dirigían sus miradas al suelo, como avergonzados de lo que estaban haciendo. El ambiente era macabro aquella madrugada en Fuendejalón.



Hombres de Gallur en 1936. Fuente: ideasdecocina
Sentada en la parte trasera del vehículo, junto a otras personas para las que también iba a ser su último viaje, pasaron rápidamente por su mente algunos momentos de su vida. Era hija de una modesta familia campesina. Como todos los niños del pueblo, trabajó pronto, vendimiando, espigando, arrancando trigo o cebada, cualquier labor que ayudase a la economía familiar.

Pero ella no era como todos. Cuando podía se escapaba a leer, algo “poco femenino” como le decía su madre. Ya joven, sus padres le concertaron un matrimonio que mejorara la situación económica familiar, algo habitual por aquel entonces.


De niña sometida a la autoridad de los padres se vio forzada a convertirse en esposa sometida a la del marido. Fueron años de malos tratos y vejaciones. No quiso darle a su primer marido la satisfacción de ocupar los últimos instantes de su vida. Prefirió pensar en los momentos felices pasados junto a Arturo, al cual sí que eligió ella como compañero. Con una sonrisa recordó los sueños compartidos en un mundo mejor que debían ayudar a construir.


Revista "Crónica", nº 173 de 1933. La fotografía muestra a varias alcaldesas de la provincia de Zaragoza. María Domínguez, la primera mujer que presidió un ayuntamiento español, aparece entre el gobernador civil y el alcalde de Zaragoza. Fuente: Lobera de Onsella
Le vinieron a la memoria los años de maestra sin título en el valle navarro de Baztán, el esfuerzo sobrehumano de sus estudios en Pamplona llevando el peso de la casa, y cómo todo aquello le hizo tomar la decisión de romper con aquella sociedad atrasada. A pie y sin apenas equipaje, escapó a la enorme ciudad de Barcelona. Allí, sin otra formación que la autodidacta, se introdujo en el ambiente político y cultural del momento, llegando a ser una de las firmas femeninas con más reputación en la época, como las de Clara Campoamor y Concha Espina.

Sin embargo aún había de llegar lo más asombroso. Nada menos que convertirse en la primera alcaldesa de España, cargo del todo ajeno a la condición femenina hasta el momento.


En 1932 asumió el mandato de la corporación municipal de Gallur con el objetivo puesto en la educación que a ella le habían negado. Creía que la instrucción era el medio para reformar y modernizar la sociedad, por lo que buscó un lugar digno donde los niños pudieran formarse.


María Domínguez, trabajando en el ayuntamiento de Gallur junto a los alguaciles. Fuente: Tinta de Hemeroteca
En 1933 cesó en el cargo satisfecha de su labor, pero desilusionada y cansada de tanta censura a sus desvelos por el municipio. Dos lecciones aprendió de aquella experiencia pionera. La primera era la constatación de la inmadurez democrática que existía en la sociedad española de la II República, incluso entre sus correligionarios socialistas, y el largo camino que debería recorrerse para acabar con las desigualdades de clase y de género.

La otra se materializaba en aquella camioneta destartalada que la conducía hacia la muerte. Quienes habían monopolizado el poder durante siglos, legitimados por una Iglesia alejada del mensaje cristiano, habían estado esperando el momento en que se diera vuelta a la tortilla.


Intelectual y pensadora, irrespetuosa e inconformista con los valores familiares tradicionales, activista política en defensa de los más desprotegidos y encima…mujer. Debía pagar por su osadía.


Sus pensamientos hubieron de detenerse bruscamente. Los bajaron a trompicones de la camioneta cuando llegaron a la encalada tapia del cementerio. Nadie perdió los nervios ni se vivió ninguna escena de pánico. La resignación reinaba en el ambiente.


La tumba de María Domínguez está situada bajo un frondoso árbol del cementerio de Fuendejalón. Fuente: Aragón Digital
El alba llegaba y ese era el momento elegido para la muerte. Los disparos resonaron por las calles del pueblo con un eco que ya se hacía demasiado habitual en aquellos días. Primero el sordo y grave de los fusiles y después los agudos y metálicos de pistolas que remataban con el tiro de gracia.

Un único grito ahogado se escuchó en el frío amanecer. Salió de la boca de su hermana, sellada por la mano firme y cariñosa de su marido. Disimular un duelo por temor y vergüenza era común entonces.


Era el 7 de septiembre de 1936. Muchos, muchos años hubieron de pasar para que aquel grito pudiera liberarse



Dedicado a María Domínguez Remón, la primera mujer alcaldesa de la II República Española, en el 80º aniversario de su proclamación.


¡Salud y República!






Adaptado de un artículo de Cisco Cerrada



Fuentes documentales Bibliografía


- Cifuentes, J. y Maluenda, P.: «María Domínguez: un ejemplo de compromiso social a través de la escritura»; Actas del Congreso Escritura y Feminismo, noviembre 1995, Zaragoza.

- Domínguez, M.: Opiniones de mujeres; Madrid, Castro, s. f. (1933-4).


Revistas


- María Domínguez: la primera alcaldesa de España. Trébede: Mensual aragonés de análisis, opinión y cultura. ISSN 1137-6007, Nº. 50, 2001 , págs. 19-24.


Prensa digital


- La aragonesa María Domínguez, mucho más que la primera mujer alcaldesa en España. D. Salvador. Aragón Digital, 15-04-2009
- Ya no se puede su nombre olvidar: María Domínguez. N. Salvo. Tercera Información, 17-03-2011.
- La DPZ edita un libro sobre la primera alcaldesa de la II República. E. Monge. Aragón Digital, 10-02-2005.


Webgrafía


- La primera alcaldesa de España. M. García. Tinta de Hemeroteca.

- María Domínguez Remón. Archivo de la Fundación Bernardo Aladrén de UGT Aragón, Centro de la Memoria Manuel Albar.

03 abril 2011

Objetivo: Matar a Franco (y 3). Bombas para el pescador de agua dulce.

Portada de la edición en inglés del libro Historia de un atentado aéreo contra el General Franco de Antonio Téllez. Fuente: Fotolog



12 de septiembre de 1948. La historia de España está de nuevo a punto de ser modificada de forma drástica. Un misterioso avión proveniente de Francia sobrevuela por unos minutos la donostiarra Bahía de la Concha. En el palco de honor, Franco y los jerifaltes del régimen se agolpan para presidir esa tranquila mañana de domingo de regatas. Desconocen que sobre sus cabezas gravitan varios kilos de bombas incendiarias. Un grupo de anarquistas exiliados está a punto de materializar su conspiración: asesinar al dictador.

Un mes antes, Laureano Cerrada Santos, cenetista destacado en la Guerra Civil, después activo resistente contra la ocupación nazi en Francia y actualmente relevante dirigente de la CNT-FAI en el exilio francés se decide a liquidar a Franco en una espectacular operación.


Para ello se reúne con un reducido grupo de colaboradores: Antonio Ortiz Ramírez, antiguo comandante de la Columna Sur-Ebro durante la Guerra Civil, José Pérez Ibáñez, también anarquista, y Primitivo Pérez Gómez, veterano piloto de caza republicano. El plan es bombardear la embarcación de Franco mientras preside la segunda jornada de regatas de traineras en San Sebastián, el 12 de septiembre.


Dos de los tripulantes del avión, José Pérez y Antonio Ortiz, fotografiados en Toulouse semanas antes del intento de atentado. Fuente: Tinta, sangre y sudor
El proyecto es ultrasecreto por diversas razones. La primera porque el atentado va a provocar una auténtica carnicería, la cual Cerrada justifica con un simple "Dios reconocerá a los suyos", parafraseando a Arnaud Almaric, comandante de los cruzados que perpetraron la matanza de albigenses de Béziers en 1209.

En segundo lugar por el riesgo evidente de ser delatados por algún infiltrado y por último porque Cerrada sabe que los dirigentes históricos del Movimiento Libertario español en Francia lo desaprobarán.


Por ello, él mismo se encarga de la compra de un avión. Para hacerlo sin despertar sospechas, recurre a un viejo anarquista francés, Georges Fontenis, a cuyo nombre se firman todos los papeles. El aparato, un Norecrin con matrícula FBEQB, puede transportar una carga útil de doscientos kilos llevando cuatro pasajeros a bordo y con la suficiente autonomía de vuelo para cumplir con su misión de bombardeo.


Aviones como el utilizado por Cerrada y su grupo para atentar contra Franco. Fuente: Diario de Vurgos
Conseguido el avión, entre todos lo preparan para el atentado. Perforan la parte inferior del fuselaje instalando una rampa que servirá para lanzar las bombas sobre su objetivo.

Una vez modificado, lo dejan aparcado en una pequeña y apartada pista, vigilado constantemente por los hombres del grupo. Mientras tanto, desde Toulouse llega el material explosivo, veinticinco bombas rasantes alemanas de cinco kilos cada una y otros cincuenta kilos de bombas incendiarias.


El sábado, 11 de septiembre, el contacto en España del grupo, identificado sólo por las iniciales L.R. confirma que Franco presidirá las regatas. Cerrada decide entonces seguir adelante con el plan y ordena al avión que se traslade al pequeño aeródromo de Dax. Desde aquí, San Sebastián sólo está a una hora de vuelo.


Imagen antigua de unas regatas de traineras en La Concha. Fuente: Pintegrado2
Hay que decir que Laureano Cerrada ante todo era muy particular, con una visión muy diferente a la planteada hasta entonces por la mayoría de los anarquistas. Se caracterizaba por su audacia y su imaginación. Tras la caída de Barcelona pasó a Francia con su hijo inmerso en la marea de refugiados que cruzaron los Pirineos. Posteriormente cuando una parte del país fue ocupada por las tropas de la Alemania nazi, Cerrada fue detenido y obligado a trabajar fortificando la línea de Normandía.

Parece ser que logró escapar de Normandía gracias a la falsificación de un documento donde se decretaba su libertad. Una vez asentado en París la falsificación, la llave que le permitió escapar de los nazis, fue una de las actividades a las que consagró su vida.


Se lanzó pues a una vertiginosa empresa de falsificación de cartillas y vales para el racionamiento así como de pasaportes y documentos que permitieron huir a personas perseguidas por el régimen nazí. Se convirtió en el enlace entre diversos grupos guerrilleros, creó depósitos de armas para el maquis, coordinó redes de huida, imprentas para la falsificación de documentos oficiales, pisos francos


Consiguió gran cantidad de fondos ilegalmente adquiridos que dedicó a tejer una extensa red clandestina de hoteles, garajes y empresas para oponerse al régimen de Franco.


Laureano Cerrada Santos. Fuente: CntValladolid
La mañana del domingo 12 de septiembre de 1948, el día señalado para el atentado, luce un sol espléndido en la capital donostiarra. L.R., apostado en el monte Urgull, telefonea a Cerrada cuando desde su posición privilegiada observa que Franco embarca en una motora de la Comandancia de Marina para presidir la regata.

El Norecrin despega de Dax. Al poco rato ya divisan la costa española. A las 13 horas el avión sobrevuela la bahía de La Concha. De pronto varios cazas del Ejército del Aire aparecen de la nada como si los estuvieran esperando. Un hidroavión se pega a su cola escoltado por otros cuatro aparatos.


Desconcertado, el piloto gana altura lanzándose después en picado con la intención de esquivarlos con esa maniobra. Sin embargo, tras varios intentos, los aviones militares les cierran el paso.


Al mismo tiempo observan como las torretas de los cañones antiaéreos de los barcos de escolta que protegen la motora de Franco giran apuntando hacia ellos. Después de varias pasadas, algunas a muy poca distancia de la vertical sobre la que el general contempla la regata, el piloto desiste y vuelve a la base sin lanzar las bombas.


De nuevo el dictador se había salvado de ser asesinado. Los moros del Rif le atribuían una especie de don milagroso, la "baraka", la buena suerte que permite a un individuo salvar la vida una y otra vez, algo que Franco tuvo en alto grado durante toda su vida.


Franco en la época de la guerra del Rif, en la que comenzó a disfrutar de la "baraka" que le acompañó siempre. Fuente: Vespito.net
El fracaso de la operación inquietó durante años a Cerrada que siempre sospechó de alguna infiltración entre su supuestamente fiel y escogido grupo de colaboradores que hizo que los aviones del Ejército del Aire los estuvieran esperando. Esta más que probable causa, unida a la indecisión de los ejecutores finales del bombardeo, que en ningún caso estaban dispuestos a convertirse en suicidas, provocó que el plan meticulosamente preparado se frustrase en el último momento.

Además, cuando Cerrada fue detenido por falsificación en 1957 el comisario de policía que le interrogó le dijo:

- A veces pareces un novato, Cerrada. Deberías saber con quien te la juegas. Los pescadores de agua dulce salen siempre ganando.

“Pescador de agua dulce” era el nombre en clave que en la operación se daba a Franco, sólo conocido por los que preparaban el atentado.

Recortes de periódicos franceses publicando la noticia del abandono de la avioneta del atentado en el aeródromo de Guyancourt, a pocos kilómetros de París. Fuente: Tinta, sangre y sudor
Termina así, por el momento, esta serie de artículos sobre los atentados a Franco. Ni uno solo de los intentos destinados a terminar con la vida del “Caudillo” logró su objetivo. La mayoría de las personas que estuvieron involucradas en los mismos pagaron con su vida el intento. Otros, los menos, pasaron varias décadas en oscuras cárceles franquistas.

Casi todos los proyectos para acabar con la vida del dictador no pasaron de ser meras quimeras, deseos mal organizados sin base posible de ejecución.


Otros, muy pocos, fueron organizados por personas que habían luchado en el frente, por espías o por revolucionarios con una gran experiencia. Éstos estuvieron más o menos cerca de conseguir el objetivo.


Pero todas sus historias son apasionantes.

Darlas a conocer constituye mi homenaje a quienes, con su idealismo, quisieron acabar con un dictador que siguió matando gente hasta dos meses antes de su muerte.



Fuentes documentales

Bibliografía


- Bayo, E. Los atentados contra Franco. Plaza & Janes editores, Barcelona, 1976
- Edo, Luís A. La CNT en la encrucijada. Aventuras de un heterodoxo. Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2006
- Galiano, C. Laureano Cerrada, el empresario anarquista,.Pepitas de Calabaza, Logroño, 2009
- Téllez, A. Historia de un atentado aéreo contra el General Franco. Editorial Virus, Barcelona, 1993

Webgrafía

-
A sesenta años del intento del atentado aéreo contra Franco. Fotolog
- Objetivo:Franco. 2ª parte. Pintegrado2
- El atentado aéreo contra el general Franco. Tinta, sangre y sudor
-
El hombre que mató a Laureano Cerrada. Fuente: Klinamen.org

Material audiovisual

- "Los que quisieron matar a Franco", documental realizado con la colaboración de TVE, Televisió de Catalunya y el Ministerio de Cultura. YouTube