"...España es una herida en mi corazón. Una herida que nunca cicatrizará. El dolor permanecerá conmigo, recordándome siempre las cosas que he visto..."
Norman BethuneA lo largo de la historia, ha habido muchos grandes hombres y mujeres cuyos nombres permanecen en la memoria colectiva. Pero los nombres de muchos otros se pierden por no haber recibido el reconocimiento debido, como es el caso del Dr. Norman Bethune.
Este médico canadiense, fue un brillante innovador al aplicar la invención mecánica a la medicina, fabricando instrumental quirúrgico, aparatos de neumotórax, cizallas y demás inventos para luchar contra la tuberculosis, pero si por algo es recordado, sobre todo en China y cada vez más en España, es por su labor humanitaria que tantas vidas salvó.
A finales de 1936 abandona un brillante puesto de cirujano en Montreal para dirigir la ayuda médica enviada desde Canadá al Gobierno de la República; Bethune, un hombre de convicciones demócratas que veía en la Guerra Civil Española un ensayo de la II Guerra Mundial, decide no quedarse de brazos cruzados.
El doctor Norman Bethune realizando una transfusión sanguínea durante una operación en la guerra civil.
Ya en Europa, adquirió una ambulancia en Francia y creó el servicio móvil de transfusiones de sangre del ejército republicano. Fue el inventor de la moderna bolsa de sangre. Evitó así la muerte de centenares de soldados que morían desangrados en el frente por heridas que no eran necesariamente mortales.
Junto a un ayudante y un conductor, se desplazó hasta Málaga para asistir a los heridos pero al encontrarse con la masa ingente de población civil desasistida en la carretera de Málaga a Almería, dejó el material de transfusiones en Almería, y trasladó a los refugiados exhaustos en portes de hasta cuarenta personas a la vez en su ambulancia.
Bethune, fotografiado junto a su unidad médica móvil, en algún lugar de España.
Fueron las únicas personas con categoría sanitaria que auxiliaron a los refugiados de Málaga aquellas jornadas. Con aquella acción salvaron la vida de incontables personas, niños y ancianos en su mayoría, enfermos y febriles, que de otra forma hubieran perecido desfallecidos en la carretera después de varios días de marcha.
La interminable caravana de refugiados en la carretera Málaga-Almería, vista desde la ambulancia de Bethune.
Su obra "El Crimen de la carretera Málaga-Almería" (*) fue durante muchos años la única prueba escrita de esta enorme tragedia humanitaria. Las fotografías que su ayudante, Hasen Size, tomó de los refugiados y sus sufrimientos en la carretera, publicadas en dicho libro, constituyen prácticamente la única prueba gráfica del horrible epílogo de la batalla de Málaga.(*)
Lo que sigue son extractos de sus memorias, que dejan constancia de la experiencia sufrida en la “carretera de la muerte” y que le marcarían para siempre:
“Miles de niños, contamos unos cinco mil de menos de diez años, y al menos, mil de ellos iban descalzos y, muchos de ellos cubiertos con una sola prenda. Estos iban colgados de los hombros de sus madres o agarrados a sus manos. Aquí habla un padre que iba tambaleándose con dos niños, uno de un año y otro de dos años, sobre sus espaldas, además de estar cargando cazos y sartenes, junto con alguna valorada pertenencia…”
“Por entonces habíamos pasado al lado de tantas mujeres y niños afligidos que pensamos que lo mejor era volver y comenzar a poner a salvo los peores casos. Era difícil elegir cuales llevarse, nuestro coche era asediado por una multitud de madres frenéticas y padres que con los brazos extendidos sujetaban hacia nosotros sus hijos, tenían los ojos y la cara hinchada y congestionada tras cuatro días bajo el sol y el polvo. "Llévense a éste; "miren este niño; "éste está herido"…
“Los niños envueltos de brazos y piernas con harapos ensangrentados, sin zapatos, con los pies hinchados aumentados de dos veces su tamaño, lloraban desconsoladamente de dolor, hambre y agotamiento”.
“¿Cómo podíamos elegir entre llevarnos a un niño muriéndose de disentería o entre una madre que nos contemplaba silenciosamente con los ojos hundidos llevando contra su pecho a un niño nacido en la carretera hacía dos días?”.
Portada de la edición española del libro de memorias de Bethune, cuyo título original en inglés era "The crime on the road Málaga-Almería, narrative with graphic documents revealing fascist cruelts".
“Muchas ancianas abandonaban simplemente esta lucha, se tendían a los lados de la carretera y esperaban la muerte”.
“Decidimos vaciar la ambulancia de todo su valioso contenido para crear espacio libre, y llevarnos primero a los niños y a las madres, pero luego la separación entre padre e hijo, marido y mujer se hizo demasiado cruel para poder soportarla. Acabamos por llevarnos a las familias con mayor número de hijos pequeños, y a los niños solitarios de los que había centenares, sin padres. Llevábamos a treinta o cuarenta personas en cada viaje…”
En 1938 Bethune, parece ser que por sus diferencias con las jerarquías del Ejército Republicano, unido a su generosa solidaridad, se trasladó a China para ayudar como médico a las tropas de Mao Zedong en su lucha contra la invasión de los japoneses. Al poco de llegar le encomendaron la jefatura de los servicios médicos del Ejército Rojo, en el cual colaboraban otros médicos canadienses y norteamericanos.
El doctor Bethune dirigiendo un equipo quirúrgico móvil en China, 1938.
La falta de equipamiento y suministros con que desarrollar su actividad era su principal problema. Con su habitual entusiasmo y generosidad, trabajando sin descanso, Bethune se cortó en el dedo con el bisturí durante una intervención de urgencia que quería terminar a toda costa. Contrayó así una infección que se transformó en septicemia.
Murió el 12 de noviembre de 1939.
Póster propagandístico chino en el que se ve al doctor Bethune realizando una operación. En este país Bethune es considerado un héroe nacional.
Sirva la entrada de hoy para ofrecerle un justo homenaje a quien decidió abandonar su confortable situación profesional para dedicar sus esfuerzos, tiempo y dinero a quienes más lo necesitaban.
Y mi admiración y agradecimiento a todas las personas que un día vinieron a nuestro país, desde todos los rincones del mundo, a ayudar a la República Española en su lucha contra el fascismo.
(*) Todas las fotografías referidas a la carretera Málaga-Almería de ésta y la anterior entrada son de Hazen Size.
Las páginas web y blogs mencionados en la anterior entrada, juta a otras muchas, me han ayudado para la realización de esta entrada.
Esto saldra en la pagina al pulsar leer mas
Amigo, gracias por tan valiosa informacion, con sinceridad te dire que no tenia la mas remota idea de la historia de este hombre.
ResponderEliminarCuantos cientos, tal vez miles de heroes anonimos se perderan para siempre gracias al repugnante trabajo echo por el franquismo durante los interminables años de dictadura y silencio, años que les sirvieron para enterrar en lo mas profundo del olvido a los verdaderos heroes tanto españoles como del resto del planeta que dieron su mas preciado bien, la vida, en defensa de la libertad y la democracia.
Honor y memoria para todos ellos, y desprecio infinito para los verdugos de la memoria.
Un abrazo
Contrasta la historia del fajin de Queipo y todos sus honores ,con el anonimato de este desconocido medico,esto es lo que tienen que subsanar la historia,una buena entrada como dice navegante habra miles de historias anonimas que merecen ser recordadas,como tambien deben de ser recordados todos esos hechos salvajes con nombres y apellidos y tras ellos un calificativo.
ResponderEliminarMe ha impresionado mucho la historia de Norman Bethune. Voy a ver si encuentro el libro aunque supongo que será casi imposible. He visto que el libro lo ha reeditado "Caligrama Ediciones" en el 2004. Voy a ver si lo busco porque me ha interesado mucho leer más sobre este médico y su maravillosa labor en el "camino de la muerte".
ResponderEliminarDaniel ya sabes lo que te digo cada vez que hay una nueva entrada tuya. Es impresionante el esfuerzo, el tiempo y la sensibilidad que dedicas a recuperar la memoria y la historia de tantas y tantas personas que murieron en el más absoluto anonimato.
Espero cada domingo con ansiedad la nueva entrega.
Gracias Daniel y un abrazo fuerte. Si encuentro el libro ya te diré
Besos
Es admirable la cantidad de heroes anóminos que intentaron contribuir a la defensa de la legalidad republicana, el sacrificio y el abandono de una vida mejor para venir a defender una causa noble.
ResponderEliminarPor eso es tanbien loable que personas como tu mantengan viva su memoria.
Salud, República y Socialismo
Emocionante testimonio, yo no le conocía, nunca había oído hablar de él. Gracias por habérmelo acercado. Compraré su libro y le leeré, me parece que es un personaje fuera de lo común. Nunca habremos agradecido bastante a todos los que desde lejos vinieron a defender la democracia. Y nosotros, todavía, con la casa sin barrer.
ResponderEliminarSalud y República
Amigo Daniel
ResponderEliminarMuchas gracias por tus trabajos tan bien elaborados.
Debemos conseguir que la memoria de nuestros antepasados,víctimas de la crueldad fascista,permanezcan en el recuerdo por más que este régimen ilegítimo se niegue a reconocerlos
Un cariñoso abrazo
Impresionante crónica sobre los anónimos que ayudaron al ser humano contra la barbarie y el avance del fascismo. Las brigadas Internacionales estuvieron no solo compuestas por soñadores y comprometidos con la democracia y la libertad, sino también contó con verdaderas autoridades de diversas especialidades cuyo papel, por desgracia, ha pasado inadvertido.
ResponderEliminarGracias por sacarlo a la luz. Saludos
Me ha impresionado mucho la historia que has contado,y digno de admiración es que él como otras personas,viniesen a nuestro país para ayudar.Y agradecerte a ti el trabajo tan estupendo que estás haciendo para que jamás caiga en el olvido.Gracias y un besito.
ResponderEliminarLo has expresado admirablemente, Navegante. Honor y Memoria para los Brigadistas Internacionales. Infinito desprecio por los fascistas.
ResponderEliminarUn abrazo
Severino, igual que mis abuelos y otros como ellos asesinados alevosamente en las cunetas y poco o nada conocidos, fueron miles los antifascistas anónimos que vinieron del mundo entero. Yo tampoco conocía la historia de Bethune pero traeré las historias de ellos tan pronto como sepa de ellas. Es lo menos que podemos hacer.
Un abrazo.
Carmen, te devuelvo el abrazo y recibo tus palabras de ánimo como siempre, como alimento para el alma.
Gracias Antonio, por tus palabras. Si cayese en tus manos la historia de alguno de aquellos héroes anónimos, no dudes en hacérmelo saber. Todos merecen ser honrados en su memoria por quienes nos sentimos de izquierdas.
Un abrazo.
Sí, Rafael. Creo que era una persona muy especial. Hay que echarle "pitera", como decimos aquí, para recorrerse el mundo y trabajar como él lo hizo, dejando atrás tanto como dejó.
Salud y República.
Hasta que no le queden más narices que reconocerlos, Felipe. Seremos como moscas cojoneras.
Un abrazo.
Eran soñadores con los pies en la tierra, Noel. Algunos, como Norman Bethune, empiezan a ser reconocidos. Pero queda tanto por hacer...
Un abrazo.
Sí, Buda. Es impresionante que gente venida desde el otro lado del mundo (incluso algunos chinos vinieron) tuviera las ideas tan claras y el corazón tan grande para, dejándolo todo, venir a luchar arriesgando su vida por una causa, la de los republicanos españoles, que ellos consideraban también la suya: la lucha contra el fascismo, en la que fuimos pioneros.
Nunca les agradeceremos bastante lo que hicieron, pero al menos que no caigan en el olvido.
Un beso grande para ti.
Querido Daniel es muy emocionante el post de hoy respecto al Dr. Norman Bethune hay una pelicula que trata sobre este heroe canadiense, es una pelicula muy bien hecha, si no me equivoco fue realizada por canadienses y chinos.
ResponderEliminarTe mando un abrazo
Me sumo a ese homenaje tan merecido. Quienes actúan con tanta generosidad siguiendo únicamente sus convicciones y su profunda humanidad merecen el mayor de nuestro agradecimiento y respeto. Estos son los valores y los comportamientos que salvan a la humanidad de la barbarie. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarSí, Lux. Debe de haber una o dos películas sobre Bethune. Una de ellas la protagoniza Donald Sutherland, que me encanta.Estoy buscando en la WWW pero no las encuentro. Si sabes de algún enlace (me figuro que sólo habrá en inglés, pero es igual) me lo dices, ¿vale?
ResponderEliminarUn abrazo.
María, creo que empieza a haber algún tipo de reconocimiento hacia las víctimas de la carretera de la muerte y hacia el doctor Bethune. Concretamente creo que hay un Paseo de los Canadienses en Málaga y algunas exposiciones y monolitos en algún pueblo de la ruta. Algo es algo después de tantos años, pero hay que seguir adelante para que no se les olvide y se les reconozca debidamente.
Un abrazo.
Como bien dices, Isabel, comportamientos tan humanos como el de Norman Bethune contrastan vivamente con la animalidad de aquellos fascistas, asesinos de masas. Ellos trapasaron con mucho la delgada línea (roja, ya que estamos)que separa la condición de humano de la irracionalidad y la sinrazón.
Besos
En medio de tanta pesadilla, asoman esos rayos de luz. Y creo que tienen mucho más peso para la historia que todos los otros, los que provocan la pesadilla. O eso espero.
ResponderEliminarBeso.
Son estremecedores los extractos sacados de sus memorias. Además de doctor tuvo que ser una persona extraordinariamente humana. Se refleja su humanidad sus escritos.
ResponderEliminarSeguramente hubo muchos como el doctor Bethune, y ha sido tapada su memoria.
Que no se pierdan nunca sus escritos.
Un abrazo
Eso espero yo también, Marcela. Aunque hay muchas nubes aún que atravesar.
ResponderEliminarBesos.
Tuvo que haber muchos, Verdial, muchos... Pero unos por modestia y los más por ocultamiento interesado, sólo ahora, tantos años después, sabemos de muy pocos. Todos ellos tenían un corazón que no les cabía en el pecho.
Un abrazo.
Vengo a darte las gracias por tus palabras de ánimo. Estoy mejor. No se que me pasó anoche, entre el trabajo, lo poco que estoy descansando estos días, las noticias que deprimen al más animoso, en fin que me dio un ataque de melancolía importante.
ResponderEliminarLas palabras de todos vosotros me han devuelto la sonrisa y sobre todo las ganas de seguir con ánimo para que nuestras voces nos se apaguen y consigamos que nuestro país sea eso que muchos de nosotros queremos: un auténtico país progresista y de izquierdas.
Muchos besos