Escudo del Tercio Irlandés, con el arpa céltica. Imagen de la web requetes.comDe no haber recibido tanto el bando republicano como el nacional ayuda internacional desde los primeros momentos, es muy probable que la Guerra Civil hubiera sido muy corta e incluso que no hubiese tenido ese nombre.
La presencia en el ejército de Franco de alemanes e italianos ha sido tratada exhaustivamente en toda clase de publicaciones. No así la de los voluntarios de otros países, cuyo apoyo a los “nacionales” es un aspecto de la Guerra Civil casi desconocido. Ingleses, irlandeses, franceses, rusos blancos, norteamericanos, rumanos, portugueses, sudamericanos… fueron algunas de las nacionalidades de quienes vinieron a luchar en la “cruzada anticomunista y católica”.
Inglaterra y Francia observan cómo la fascista Italia ayuda al ejército franquista contra la los republicanos españoles. Dibujo de David Low. Web WikiPediaMuchos países tomaron como modelo a los fascistas italianos y a los nazis alemanes para abrazar un régimen totalitario o asistir al auge de partidos filo-nazis. Así surgieron imitadores que tuvieron mayor o menor fortuna. Este fue el caso de Irlanda, un pequeño país europeo que había alcanzado hacía poco su independencia y que se encontraba unido al nuestro por relaciones multiseculares.
Los irlandeses, tradicionalmente católicos, se identificaban con las connotaciones religiosas de los rebeldes, así como con la antigua gloria de la época imperial española derivada de Felipe II. No en vano muchos desventurados naúfragos españoles de la Armada Invencible hallaron refugio en Irlanda.
"No mandé mis barcos a luchar contra los elementos", dijo Felipe II al conocer el desastre de la Armada Invencible, irónico nombre dado por los ingleses a la armada que se propuso la invasión de Inglaterra. En Irlanda murieron, tras los naufragios de numerosas naves, unos 10.000 españoles ahogados o ejecutados en la horca. Imagen de la web La historia con mapasUn antiguo veterano de la guerra de independencia, Eoin O’Duffy, durante la cual se destacó al lado del legendario Michael Collins, que había sido general y mandado la policía nacional (An Garda Siochana) presidía el «Fine Gael», el principal partido de la derecha irlandesa. Desde 1935, estaba al frente del «National Corporate Party», una pequeña formación de corte filo-nazi. Sus militantes, los “Blueshirts” o “camisas azules”, creados a imitación del fascismo italiano, disputaban las calles a los del I.R.A. (Ejército republicano Irlandés).
El líder fascista Eoin O’Duffy junto a los ‘Blueshirts’, alrededor de 1935. Inicialmente miembro del IRA y lugarteniente de Michel Collins, O'Duffy fue depuesto de su cargo militar por Edmond De Valera por presiones del ala izquierda del IRA que no aceptaron sus simpatias por Mussolini y Hitler. Los voluntarios irlandeses en el bando rebelde salieron de las filas de este movimiento que se asimilaba en lo formal e intelectual a los fascismos continentales europeos, aunque se diferenciaba de ellos por un furibundo sentimiento católico integrista.Imagen de la Público.esDurante el verano de 1936, O'Duffy trató de reclutar voluntarios para luchar en España junto a los sublevados. En Dublín, surgió rápidamente la polémica en torno al proyecto. El Parlamento votó con urgencia una ley que prohíbía a todo ciudadano irlandés que se alistase para combatir en España bajo pena de una multa y encarcelamiento.
Esto no impresionó a O’Duffy, que contaba con el apoyo oficial de la Iglesia irlandesa. En Nueva York, el Cardenal Hayes denunciaba a «los enemigos sanguinarios y diabólicos de Dios y de su iglesia», mientras Monseñor Fitzgerald, el obispo irlandés de Gibraltar, declaraba: «Se trata del porvenir de la religión del orden y del bien, no sóló para España, sino para una gran parte del mundo». Según el cardenal Mac Rory, que se manifestó en Drogheda, «se trata de saber si España será, como lo fue siempre, una tierra cristiana y católica o si va a ser una tierra bolchevique y hostil a Dios».
Los primeros voluntarios irlandeses ultra-católicos llegan a los centros de reclutamiento de los Blue Shirts.Imagen de la web La Guerra Civil EspañolaLa guinda la puso el dominico Paul O'Sullivan dirigiéndose a un grupo de voluntarios: «…Vais a combatir en el Santo nombre de Dios, por la gloria de Dios, para defender a Dios, para salvar nuestra Santa Fe, para salvar la Cristiandad, para proteger al mundo de las atrocidades que han sido cometidas en Rusia, en Méjico y ahora en España» .
Eoin O’Duffy consiguió reclutar a 700 “Camisas Azules”, que partieron de las islas Británicas en 1936 hacia su destino en Cáceres, divididos en dos contingentes: uno llegado al puerto de El Ferrol y el otro, dirigido por el propio O’Duffy, al de Lisboa. El Portugal salazarista les dio todas las facilidades.
Gorro cuartelero y fajín de O'Duffy. Imagen de la web Monaghan County CouncilFranco y O’Duffy firmaron un contrato para estipular las condiciones de la participación de los voluntarios irlandeses en la guerra. A pesar de que O’Duffy quería integrar a sus voluntarios en los regimientos de los Requetés, los ultra-católicos nacionales, tuvo que aceptar que se encuadraran en las filas del Tercio, aunque luego afirmaría que representaba “un gran privilegio”.
O´Duffy consiguió sin embargo que Franco aceptara una condición, cuando menos curiosa, por su participación en la guerra. En el acuerdo se hacía especial hincapié en el hecho de que los irlandeses no se enfrentarían a vascos por las similitudes que veían entre Euskal Herria con Irlanda.
La condición más importante que puso O'Duffy a Franco para luchar en sus filas fue la de no enfrentarse a los nacionalistas vascos, con quienes les unían lazos religiosos por su catolicismo exacerbado y también políticos, pues ambos buscaban la independencia. Unos de Inglaterra y otros de España. Ésta y otras condiciones se plasmaron en un pacto secreto. Imagen de la web El norte de IrlandaLos irlandeses eran católicos fervientes y practicantes que no serían empleados contra los nacionalistas vascos por ser éstos también católicos. O'Duffy más tarde remarcó que los vascos "tenían tanto derecho a la separación de España como los seis condados del Ulster de Irlanda”.
Tan pronto como se instaló en su cuartel de Cáceres, la brigada irlandesa se sometió a una preparación intensiva bajo mando de un instructor español. La nueva unidad se llamó «XV Bandera» y llevaba el uniforme del Tercio, con arpas célticas en las solapas para distinguirse. En Cáceres se izaron banderas irlandesas en edificios públicos y muchas procesiones contaban con la nota exótica de una banda de gaiteros de la Legión Irlandesa.
Tropas de O'Duffy practicando con una ametralladora, posiblemente en su acuartelamiento de Cáceres. Imagen de la web Carlow MilitiaSin embargo, su estancia en esta ciudad no estuvo libre de altercados, sobre todo por la afición de los irlandeses a las bebidas alcohólicas. Sus salidas por la ciudad fácilmente acababan en pelea, según se puede extraer de los testimonios escritos de algunos de los propios miembros de la brigada. En una ocasión estas pendencias acabaron con el resultado de la muerte de un magrebí y varios españoles heridos, por lo que se detuvo a varios irlandeses.
Los voluntarios irlandeses estaban deseosos de entrar en combate contra los “rojos ateos”. Por fin llegaron las órdenes: debían dirigirse a Ciempozuelos, en el frente del Jarama. Su participación en la guerra fue, desde el principio, un desastre.
Nada más llegar a la línea del frente iniciaron un confuso tiroteo con una unidad de falangistas canarios recién llegados como ellos, confundiéndose unos a otros con milicianos republicanos. Al acabar el enfrentamiento, habían sufrido varias bajas a causa de lo que hoy denominaríamos “fuego amigo”.
La columna irlandesa se integró en el ejercito rebelde como la XV Bandera Legionaria Irlandesa que se distinguía de otras unidades llevando unas arpas célticas en la solapa. En la fotografía una unidad del general Valera se atrinchera en un punto del frente entre Ciempozuelos y Seseña, quizás las alturas de Espartinas.Imagen de la web Federación de foros Aranjuez ws.Tras este comienzo tan descorazonador, quedaron estacionados en Titulcia, en el frente del Jarama. Allí, sólo pudieron tomar parte en acciones irrelevantes debido a su indisciplina. Los irlandeses se emborrachaban con frecuencia, se agredían entre ellos e incluso llegaron a hacerlo tanto con sus oficiales como con los españoles agregados a la bandera para intentar cohesionarla y convertirla en una unidad eficaz y combativa.
La guerra de trincheras, el frío, los piojos, la falta de agua, la inmovilidad, el hostigamiento enemigo… iban apagando sus ánimos. En abril del 37 anunciaron su marcha, volviéndose la inmensa mayoría de ellos a su país.
Irlanda los recibió con desdén. Desfilaron por las calles de Dublín, pero el ambiente era glacial. O'Duffy les recibió como cruzados: "No eran mercenarios, sino idealistas". Para católicos y conservadores la Brigada Católica Irlandesa de O’Duffy había hecho el ridículo en su pretendida “cruzada contra el comunismo”.
Los voluntarios irlandeses desfilan por las calles de Dublin, tras su vuelta a Irlanda. La aventura mercenaria impulsada tambien por la Iglesia católica irlandesa habia durado cerca de un año. Tras su vuelta, O'Duffy escribió el libro "Cruzada en España" e incrementó sus actividades propagandísticas de la ideología fascista.Imagen de la web La Guerra Civil EspañolaLos republicanos de izquierdas, consideraron que los hombres de O'Duffy habían traicionado el principio del republicanismo irlandés al haber acudido a agredir a otro país, en este caso también una República, que precisamente luchaba por defenderse de la intromisión, en forma de ayuda a los rebeldes, de otras potencias (Italia y Alemania).
Fue otro contingente irlandés, la famosa columna Connoly, compuesta por los brigadistas que acudieron en defensa de la República Española los que se ganaron el respeto para siempre tanto de sus compatriotas como de los republicanos españoles. Luchando por la República, integrados en la Brigada Lincoln de las Brigadas Internacionales, fueron tratados como los verdaderos héroes en Irlanda.
El último brigadista irlandés, Bob Doyle, fallecido en enero de 2009 a los 92 años de edad. Participó, a finales de octubre de 2008, en los actos del 70º aniversario de la despedida que Barcelona dispensó a las Brigadas Internacionales, donde pudo volver a escuchar las históricas palabras de la Pasionaria: "Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español...". España era su segunda patria.
Imagen de la web Antifa England
De los voluntarios de O'Duffy no ha quedado más que el olvido y el silencio. Los nietos de los brigadistas, en cambio, llevan muy a gala ser descendientes de los que en los países anglosajones han dado en llamar "los luchadores de la libertad".
Bibliografía
- Martínez Reverte, Jorge. La batalla del Ebro. Crítica, Barcelona, 2003.
- McGarry, F. Irish politics and the Spanish Civil War. Cork University Press, Cork, Éire. 1999.
- Preston, P. y Mackenzie, A.L. The Republic besieged: civil war in Spain 1936-1939. Edinburgh University Press, Edinburgh, 1996
- Raguer Suñer, H.M. La pólvora y el incienso: la Iglesia y la Guerra Civil Española. Península, Barcelona, 2001.
- Stradling, R.A. The Irish and the Spanish Civil War, 1936-39: crusades in conflict. Manchester University Press, Manchester, 1999.
Prensa digital
- “Irlanda contra el fascismo. Los voluntarios irlandeses que estuvieron a las órdenes de Franco regresan en lamentable estado”. Artículo del diario ABC, edición Madrid, de 8 de julio de 1937.
- “Irlandeses del lado de Franco” . Artículo de Antonio J. Martínez para Público.es, 01-04-2008.
Páginas web y blogs
- “Los irlandeses que lucharon en el bando nacional”. Web La Guerra Civil Española.
- “Eoin O'Duffy”. Web Spartacus Educational (en inglés).
- “Brigada Irlandesa”. Entrada de la WikiPedia.
- “Eoin O'Duffy”. Entrada de la WikiPedia (en inglés).
- “Trincheras del Jarama. Los irlandeses de Ciempozuelos: Católicos y fascistas”. Web de la Federación de foros Aranjuez.ws
- “Los irlandeses del ejército nacional”. Artículo de Cristophe Dolbeau para Razón española.
- “La Brigada del Pirraque”. Blog Lusipedia.
- “Las Brigadas Internacionales de Franco”. Artículo de Christopher Othen. Web Hispanismo.org
- “The Nazi side of the Irish Republican Movement”. Web sobre las Víctimas del terrorismo en South Armagh (Irlanda) (en inglés)
- “La Bandera Irlandesa del Tercio, 1936-1937”. Artículo de J. L. de Mesa. Web Belli Ludi
- "Discurso de Bob Doyle en el Jarama". Web del Foro por la Memoria
Material audiovisual
- “Irlanda y la Armada Invencible”. Vídeo de YouTube
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Pobres tipos es increible como pudieron confundirse no dudo que en parte no fue el frío ni hambre ni piojos los que los desanimaron sino ver la realidad de donde estaban.
ResponderEliminarQue increible que un pueblo dominado por tanto tiempo por una monarquía que luchó tanto por una República y que conociera en carne porpia lo que era el poder de los terratenientes unidos a un régimen de opresión fueran de voluntarios a luchar por una causa equivocada.
Republicanos contra Republicanos y peleando por los privilegios de pocos y a favor de la monarquía y los latifundistas.
Que error, no dudo que en el campo de batalla se dieron cuenta que estaban en el lugar equivocado.
Te mando un fuerte abrazo
SALUD Y REPUBLICA!
Otra vez la Iglesia tomando parte. Y de nuevo la cruzada, esta vez, irlandesa. No conocía la epopeya de estos 700 irlandeses. Una vez más, que sirva tu espacio para homenajear a los verdaderos idealistas contra los fanáticos fascista-religiosos.
ResponderEliminarSalud y República
No conocía lo de los irlandeses y te lo agradezco.Una vez más(tantas veces más)la Iglesia no española al lado de los criminales y asesinos.
ResponderEliminarSALUD y REPÚBLICA
Un articulo muy interesante que nos ayuda a completar más la información que existe sobre la guerra civil.Yo tambien desconocia lo de este grupo.Te mando un besico y disfruta de este puente.
ResponderEliminarCurioso lo de estos descolocados irlandeses,desconocia el hecho pero supongo quee en su afan de ganarse plaza en el cielo vendrian a luchar por Dios y por su iglesia.
ResponderEliminarAl leer el relato de la vuelta a su pais me ha hecho pensar una cosa y es que imagino que gentes de Alemania e Italia vendrian a luchar en las filas republicanas,estos lo tendrian dificil a su vuelta a paises donde imperaba el fascismo,serian como una especie de heroes sin patria,nos vemos.
Efectivamente querido Daniel esta parte de la historia de la guerra civil, que tu también nos cuentas y tan documentada, es mucho menos conocida que la ayuda por ejemplo de los brigadistas de la Columna Connoly en defensa de la República.
ResponderEliminarMe dejas siempre muy sorprendida de tu gran conocimiento del tema y sobre todo de la dedicación que le pones porque hacer una entrada semanal tan documentada exige un gran esfuerzo.
Te lo sigo agradeciendo porque demuestra primero tu interés en dar a conocer una parte oscura y ocultada de nuestra historia, y por otra una gran generosidad al compartirlo con nosotros.
Un beso grande
No parece que estos catóticos irlandeses se caracterizaran por su valor, ya que a las primeras de cambio se volvieron con el rabo entre las piernas.
ResponderEliminarDe todas maneras es una nueva interesante historia la que nos traes cada semana.
Salud, República y Socialismo
Certeras reflexiones Lux, como siempre. Supongo que la mayor parte de la gente vino por la manipulación de la iglesia irlandesa la cual, como la de aquí y la de todos los lados, tanto daño ha hecho siempre hasta llegar a descubrir el secreto a voces de los abusos a menores perpetrados por el clero irlandés a lo largo de generaciones.
ResponderEliminarUn abrazo
De nuevo la cruzada, Rafa, como bien dices. Parece una constante en la iglesia católica a lo largo de la historia.este es un ejemplo más.
Salud y República
Es lo suyo, Felipe. Desde Constantino.
Salud y República
Buda, es un capítulo muy poco conocido. Por eso elegí escribir sobre ello.
Un beso
Una buena reflexión, Severino. Así fue. Muchos antifascistas de las Brigadas Internacionales las pasaron canutas cuando volvieron a sus países, pues allí había gobiernos fascistas o simpatiantes de éstos.
Saludos
Carmen, para mi es una obligación sagrada: que los que saben no olviden y los que no saben, aprendan.
Besos
Antonio, es que debieron de darse cuenta de que los "sin dios" eran más duros de lo que creían y la "cruzada" no era tan bonita como les habían prometido. Igual que en Tierra Santa, vamos.
Salud y República
En este sentido Irlanda sigue viviendo un verdadero atraso moral e ideológico...supongo como diferenciación de G. Bretaña...
ResponderEliminarInteresante aportación
Norl, ¿será por la Iglesia? Lo digo en serio.
ResponderEliminarSaludos
En fin, la retorica de la iglesia es siempre la misma en todas partes. Y es horrible darse cuenta de las calamidades que las religiones monoteístas han traído a los pueblos. Hace unos días leía en El País que un teólogo había confesado que las religiones no habían hecho nunca nada para unir a los pueblos. Y es una gran verdad.
ResponderEliminarEn este caso, me alegra saber que los irlandeses que vinieron a ayudar a los sublevados quedaron mal incluso ante sus propios conciudadanos. Y es que bajo la capa de la religiosidad se ocultan muchas hipocresías. Y también esas las conocemos bien.
Una entrada magnífica, querido amigo.
Una gran verdad la de ese teólogo, Isabel. La historia está llena de ejemplos en que bajo la hipócrita defensa de la fe propia y de la cruzada religiosa se esconden los intereses más espúreos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Un abrazo.
No conocía este hecho histórico. Aunque me indigna, no me sorprende que Paul O'Sullivan fuera un gran manipulador. Respaldado por la iglesia (para variar), y aliado con Franco se ganaron a los voluntarios irlandeses para combatir en la masacre.
ResponderEliminarCuentas que las trincheras y los piojos les pudieron... tal vez a alguno también le pudo el ver la injusticia que se estaba cometiendo.
Aprendo mucho con tu blog, tantas son los hechos que traes. Es verdad que me duele leerlos, pero me satisface el conocerlos, porque así voy sabiendo la dura historia de lo que pasó, que nunca debería olvidarse.
Un abrazo
verdial, a mi también me gustaría pensar que algunos de los que vinieron se diese cuenta de que había sido manipulado por la iglesia y de que en realidad se hallaba en el bando equivocado. Pero creo que vinieron los más ultracatólicos de Irlanda, la gente más intransigente, los que de verdad creían que hacían una cruzada antibolchevique. Soy yo el que más aprende, te lo puedo asegurar. Así que es un beneficio mutuo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuantos habrán ido a luchar creyendo hacer ¿un bien? ¿creyendo ayudar a otro país, a otro pueblo? Fueron empujados por el odio, no hay dudas. Ojalá se hayan dado cuenta de su error.
ResponderEliminarUn beso.
Marcela, el hecho de que haya tanto silencio en torno a ellos me hace pensar que salieron muy desairados, con lo que es de suponer que muchos cayeran en la cuenta de lo injusto de su participación en una guerra que no era la suya por muchas razones.
ResponderEliminarBesos
Paquita, en cuanto tenga un rato tranquilo le echo un vistazo y te comento en tu blog.
ResponderEliminarBesos
No conocía casi nada de lo que nos has traído. Independientemente de que sea muy pobre en los conocimientos del tema, creo que como se ha dicho son episodios que se han intentado mantener oculto.
ResponderEliminarHabrá tantos y tantos así...
También se apoderaron de la figura de Juana de Arco para utilizarle en su beneficio, y se repite lo de las cruzadas.
Sabes Daniel, el leer tus textos y ver la situación de las guerras actuales, entiendo claramente que todo se repite aunque con métodos más actuales. Y pienso que se repetirán siempre, que nadie escarmienta por cabeza ajena.
Parece que el hombre lo lleva dentro por naturaleza.
Un abrazo
Seguramente tienes razón, Verdial. Pero al menos debemos intentar que dándolo a conocer intentemos no cometer los errores del pasado.
ResponderEliminarUn abrazo