13 septiembre 2009

Represión fascista en Aragón (IV). Teruel, tapias laceradas con plomo.

"¡Arriba os Probes do Mundo!" Dibujo del artista gallego Castelao, de la serie "Galicia Mártir". Tomado de la web Castelao na rede. Máis vivo e necesário que nunca

Verano de 1936. La luna ilumina los campos. Una brisa suave mueve los trigos mientras los grillos cantan su sempiterna canción. De repente, el silencio de la noche se rompe con el sonido lejano de unos camiones que han parado cerca de una vieja venta ruinosa situada frente a Concud, un pueblecito semioculto en una hondonada a pocos kilómetros de Teruel.

Se oyen voces, luego gritos y una salva de disparos cuyo eco siniestro presagia la muerte. Enseguida, el brusco sonido de unas detonaciones aisladas. Dos, tres, cuatro…diez. De nuevo silencio en los campos hasta que la brisa nocturna acerca hasta Concud el rumor de los camiones que se alejan.

Esta escena se viene repitiendo noche tras noche durante varios meses. Ha empezado en julio de 1936 y va a continuar hasta diciembre de 1937. No muy lejos de la venta, un labrador de Concud apunta en un cuaderno los tiros que ha escuchado esa noche con la certeza de que cada palote que ha trazado en su libreta representa una muerte.


Fusilamiento de republicanos a manos de la Guardia Civil. Imagen tomada de la revista La Aventura de la Historia, nº 11
“Alguno más de mil” confiesa que apuntó, cuando lo cuenta a los familiares de algunos de quienes hicieron el último viaje de su vida en uno de aquellos camiones. Hoy se sabe que al menos son 1005 las personas asesinadas y rematadas cuyos restos reposan en los llamados Pozos de Caudé.


Situados al pie de la carretera que une Sagunto con Burgos, a unos diez kilómetros de Teruel, consisten en varias fosas comunes y un antiguo pozo artesiano de 84 metros de profundidad y algo más de dos de diámetro. El conjunto, parte de una antigua venta hoy inexistente, fue desde el comienzo de la Guerra Civil hasta diciembre de 1937, el macabro escenario de numerosas ejecuciones organizadas sistemáticamente por militares sublevados, guardias civiles, falangistas y sectores sociales afines. De hecho, se sabe que varios señoritos turolenses, siempre el mismo grupo, presenciaban e incluso participaban en las ejecuciones. Los
presos republicanos eran situados junto al brocal del pozo y, cuando caían acribillados a balazos, los falangistas los cogían por cualquier parte del cuerpo y los arrojaban al mismo. Entonces echaban paletadas de cal viva.

Imagen del Pozo de Caudé, de la web de AFAR, Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo
Pero la represión no sólo se centró en la capital, Teruel, sino que abarcó a todo el territorio de la provincia bajo el control de los militares golpistas. Calamocha, Caminreal, Cella, Santa Eulalia del Campo, Monreal del Campo, Albarracín, Gea de Albarracín, Libros, Villastar… son algunas de las poblaciones que destacaron por el elevado número de personas de izquierda detenidas en sus casas, metidas en camiones y fusiladas por la Guardia Civil y los falangistas. Muchas de estas personas acabaron sus días en los Pozos de Caudé.

El 14 de septiembre de 1936 se llevaron en un camión a 29 hombres de Calamocha, muchos de ellos concejales del ayuntamiento. Para no pasar por el centro del pueblo y que los vieran, dieron un rodeo. Unos vecinos escondidos fueron testigos de que algunos de los prisioneros, al pasar junto a la ermita del Santo Cristo, iban llorando y rezando, despidiéndose del Santo Cristo del Arrabal porque sabían adónde los llevaban.


Calamocha (Teruel). Ermita del Santo Cristo. Imagen tomada de la web del Centro de Estudios del Jiloca
A la salida de Calamocha, una mujer se cruzó con el camión en el que pudo ver que se llevaban a su hijo. Horrorizada, suplicó a sus captores que parasen y le permitiesen despedirse de él. Cosa extraña, pero accedieron. Podemos imaginarnos el desgarro de aquella madre que le daba el último adiós a su hijo, al que iban a matar.


El camión llegó, al fin, hasta Singra, pequeño pueblo de empinadas calles y árido paisaje a 50 km de Calamocha. Allí, en una corraliza cercana, obligaron a los prisioneros a desnudarse y, atados de pies y manos, les asesinaron vilmente. Uno de ellos, sin embargo, no se sabe quién, escapó corriendo entre los matorrales. El miedo y el instinto de salvación le daban alas.


Unos labradores de Singra, que estaban trillando cerca del lugar de la ejecución, vieron cómo aquel hombre escapaba a todo correr.


“¡Aún escapa, aún escapa!”, se decían esperanzados, “¡Lo va a lograr!”


Sin embargo, las balas asesinas terminaron por abatirle. Los testigos fueron obligados a cargar los cadáveres en carros y llevarlos al cementerio del pueblo, donde además tuvieron que cavar la fosa común en la que fueron enterrados. Todos tenían el imprescindible tiro en la nuca y las manos atadas con alambre, según relató muchos años después un testigo. Fueron 132 los vecinos de Calamocha asesinados en total.


El macabro ritual se repetía de pueblo a pueblo. Comenzaba en la plaza del pueblo. Una vez allí, los de Calamocha eran llevados a Singra, los de Fuentes Claras a Villafranca, los de Caminreal a Fuentes Claras...Las tapias del cementerio solían ser lo último que veían los ajusticiados. De allí a una fosa desconocida y oculta, excavada en un descampado, en una cuneta, en algún lugar del monte


Tapia del cementerio de Villafranca del Campo (Teruel) donde fusilaban a los vecinos de Fuentes Claras. Imagen de Chus Marchador, publicada en el Periódico de Aragón de 11 de noviembre de 2002.
Muchas personas que creyeron que iban a ser detenidas huyeron, dejando en sus casas a mujeres e hijos que pagaron con sus vidas los supuestos crímenes de sus padres y maridos. Es el caso de Ángel Sánchez, concejal socialista de Teruel que, al conocer el triunfo del alzamiento militar y temiendo por su vida, dada su conocida condición de “rojo”, se ocultó, librándose temporalmente de una muerte segura ya que al final de la guerra fue detenido en Alicante para ser fusilado en la cárcel de Zaragoza en 1943.


Tras su huida, tres falangistas locales, conocidos por “el Estanquero”, “el Calamocha” y “Herrero”, cayeron inmediatamente sobre su familia, asesinando a su esposa María Pérez. Un mes más tarde la Guardia Civil hacía lo propio con su hija Pilar. Ambas fueron arrojadas al tristemente famoso Pozo de Caudé. Sus nombres son de los pocos documentados fehacientemente, ya que no se conoce la identidad de la mayoría de los mil muertos arrojados al pozo. De hecho, se cuentan por centenas las familias de los pueblos o de los caseríos de la zona que no saben a ciencia cierta dónde se hallan los restos de aquel familiar que un día, allá por 1936 o 1937, se lo llevaron para no volver jamás.


Brocal del Pozo de Caudé en el que alguien escribió con tinta roja: "pozo artesiano de 84 metros de profundidad lleno de fusilados en 1936. Un recuerdo de vuestros compañeros". La imagen está tomada de la web Vestigios de la Batalla
La provincia de Teruel está salpicada de fosas comunes que permanecen ignoradas junto a cunetas y barrancos, y de tapias de cementerio laceradas con plomo. La gran pesadilla de muchas familias de fusilados en la Guerra Civil es no saber aún en qué cuneta ni en qué barranco pueden sentirse más cerca de sus muertos, porque el mayor castigo que se infligió a los fusilados fue el extrañamiento, la negación del descanso eterno cerca de los suyos, la indignidad que en la Edad Media se conocía como ser “enterrado como un perro”.


"Flores en la kuneta". Imagen tomada de la web de Kalvellido
A la inmensa mayoría de los fusilados en la Guerra Civil se le aplicó el castigo post-mortem. En el ánimo de los ejecutores no estaba sólo el deseo de acabar con la vida de los detenidos, había que romper también todos los vínculos con quienes les querían, borrando sus nombres de la historia.


Los desaparecidos no estaban muertos en el sentido formal y estricto del término y por lo tanto los herederos han tenido durante muchos años todas las puertas cerradas.


Goya. "Enterrar y callar" .Los Desatres de la Guerra, nº 18. Imagen tomada de la web Visiones de la Crueldad
A pesar del silencio que los vencedores impusieron durante más de 40 años y del silencio decretado a los vencidos durante la Transición, la memoria de lo ocurrido aún perdura. Precisamente, con el fin de recuperar y dignificar la memoria de los desaparecidos durante el franquismo surgió en 2007 la Asociación Pozos de Caudé en Teruel. La asociación supone la puesta en común de diferentes esfuerzos que han realizado organizaciones políticas y sindicales turolenses y personas individuales que, vinculadas familiar o ideológicamente con los desaparecidos, luchan para que se haga justicia.


Cartel erigido junto al monolito en memoria de los republicanos asesinados en el Pozo de Caudé. La imagen está tomada de la web de la Asociación Pozos de Caudé
La tarea de recuperación de la Memoria Histórica, que promueven ésta y otras asociaciones similares, ha abierto el camino en Aragón a la reparación histórica y social de los represaliados por el franquismo.


Pero aún hay mucho camino por delante.



Fuentes documentales:

- Alonso Cister, David. "Verano de 1936: La fosa común de la Guerra Civil de los Llanos de Caudé (Teruel)". Mira Edictores.
- Página web de la Asociación Pozos de Caudé.
- Página web del Ayuntamiento de Fuentes Claras (Teruel)
- Página web La Memoria de los Nuestros
- "Teruel quiere recuperar la memoria de los fusilados en la Guerra civil". Artículo de Lola Ester para El Periódico de Aragón de 10 de noviembre de 2002.
- "Los pozos del silencio". Artículo de S.J.C. para el periódico Diagonal




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18 comentarios:

  1. no me lo puedo creer, soy la primera... en entrar hoy aquí. A costa de algo, sí, que no he leído el artículo, cosa que remediaré copiándolo y llevándolo a mi cubil, donde lo deglutiré con delectación.
    Buen día, cubierto día -aquí, en madrid-. PAQUITA

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  2. ¡Coño! mi gozo en un pozo. Acabo de recordar que te los guardas para más adelante... regurgitarlos cuando quieras.
    No pasa nada ¡faltaría más! Más besos.PAQUITA

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  3. "Pero aún hay mucho camino por delante". Y este camino Daniel lo estás recorriendo incansablemente y te seguimos, te admiramos, a tí y a todos los que que están por esta insigne labor de la recuperación de esta Memoria histórica..
    Que cosas tan horrendas como esa: "A la salida de Calamocha, una mujer se cruzó con el camión en el que pudo ver que se llevaban a su hijo. Horrorizada, suplicó a sus captores que parasen y le permitiesen despedirse de él. Cosa extraña, pero accedieron. Podemos imaginarnos el desgarro de aquella madre que le daba el último adiós a su hijo, al que iban a matar." Y otras que me han puesto lágrimas en los ojos, se sepan , se difundan y se haga JUSTICIA.

    Un agradecimiento y unos besos muy cariñosos, Daniel.

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  4. Buen artículo y bien documentado. Demuestra una vez más la ferocidad y violencia con que los vencedores, los golpitas, trataron a los vencidos, los defensores del orden constitucional. Y encima con problemas para poder dignificarles. Aquí seguiremos junto a tí, con las asociaciones que han surgido y surgirán y con la historia en la mano para que se mantenga viva la memoria y se honre a los mártires.

    Salud y República

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  5. "Aun hay mucho camino por delante", es cierto, y pedregoso, lleno de baches, zancadillas, y mala leche, por que los herederos de aquellos salvajes asesinos mantienen el mismo odio que sus predecesores, solo que ahora no pueden matar impunemente y usan la democracia que ellos repudian para intentar que el espirito de la libertad y la republica siga enterrado.
    Un abrazo.

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  6. Que desesperación la de esa madre o la mujer que se llevan a su hijo o marido para matar,y cuanto hijo de...que no pudiendo matar al marido,acaban con la vida de la mujer o los hijos, para así acabar con la peste roja.Siempre he dicho que nosotros tenemos la "suerte" entre comillas de saber donde están enterrados y ojala sea muy pronto cuando podamos dignificar su memoria y conseguir así el sueño de nuestra abuela y madre.Y como reza ese cartel"siempre os tendremos en el corazón y jamás en el olvido"Un besico y estupendo trabajo.

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  7. Querido Daniel es terrible lo que cuentas de los 1005 asesinados en los Pozos de Caudé.

    La escena que narras de la madre despidiéndose de su hijo al que le van a asesinar es desgarradora. Terriblemente desgarradora.

    Cuánta vileza, cuánta indiginidad.

    El artículo, como todos los que puntualmente publicas los domingos, además de magistralmente documentado, evita que se nos olvide los atropellos cometidos por las huestes franquistas y la necesidad de hacer justicia a aquellos martires como los 1005 muertos en Caudé.

    Gracias y un beso de una bloguera muy agradecida

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  8. Y otro lugar mas,cada pueblo de este pais tiene una fosa,cuanta memoria por recuperar y cuanta dignidad por devolver,cada vez cuesta mas hacer un comentario sobre tantas barbaridades que todavia siguen impunes,habra que seguir adelante para que esto no caiga en el olvido,y tu trabajo como el de otros muchos se encarga de difundirlo para que nosotros por lo menos no lo dejemos caer en el olvido,un saludo.

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  9. Besos Paquita, y espero que la digestión sea ligera. Aquí no está cubierto, pero se agradecería que lo estuviera.

    Selma, aquella guerra "incivil" estuvo llena de cosas horrendas. Es imposible contarlas todas, incluso las conocidas. Gracias por tus palabras de ánimo, que son el mejor combustible para seguir rodando en este viaje a la Memoria.
    Bisous

    Afortunadamente Rafa cada vez es mayor el número de publicaciones de todo tipo que estudian la represión fascista en nuestro país. Pero hay que darles toda la difusión posible para que, junto con el trabajo de asociaciones y particulares, se vaya creando un clima propicio para la recuperación de la Memoria Histórica.
    Salud y República

    Navegante, si pudieran volverían a hacer lo mismo que hicieron: enarbolarían de nuevo la bandera del integrismo religioso y de la cruzada contra la izquierda para machacarnos sin piedad. Lo mismo que entonces. Menos mal que, a pesar de los pesares, este país no es aquel. Pero sí, muchos pasos hay que dar todavía para que veamos algun día a los nuestros en el lugar donde merecen.
    Un abrazo

    Siempre, siempre en el corazón, Buda. En ese lugar donde los recuerdos se mezclan con los sentimientos y el olvido no tiene nada que hacer.
    Un beso

    Algún día les haremos justicia, Carmen. Tanta iniquidad no puede quedar impune.
    Un beso

    Es que este trabajo es inacabable, Severino. Pocos lugares de España habrá que puedan decir que no fueron represaliados por los fascistas. El trabajo para difundirlo no se terminará nunca, pues son infinitos los lugares conocidos, pero creo que aún son más aquellos de los que aún no se tiene conocimiento.
    Saludos

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  10. Tremendo compañero, y magnifico tu trabajo, que gran documentación y como nos llevas de la mano en ese camino hacia la Memoria digna. Gracias, porque no siempe tengo las palabras, ni el tiempo. Un abrazo
    ¡Salud, Memoria y Libertad!

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  11. Hola Daniel, me he convertido en tu fiel seguidor; gracias por el trabajo que estas realizando, que es un paso más en la cadena interminable de silencios y olvidos para que al final a los nuestros se les devuelva la Memoria y la dignidad
    Gracias por estar ahí
    Un fuerte abrazo para ti y a todos los que te siguen cada fin de semana.
    Hasta la próxima

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  12. Gracias por tus palabras, Saiza. Y no te preocupes, a todos nos pasa a veces que nos falta tiempo para todo.
    Salud y República

    Jesús, no sabes lo que me enorgullecen tus palabras y tu seguimiento. Gracias a ti por tu ejemplo.
    Un fuerte abrazo para ti y los tuyos

    Javier, se ha debido borrar tu comentario aunque he podido leerlo. Gracias por tus palabras y por tu apoyo.
    Saludos

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  13. Primero.- Un Abrazo Fuerte para este caballero: Jesús Pueyo Maisterra que nos honra con su compañía y palabras.

    Segundo.- Que "te he colado en la lista" y republico el capítulo I de Aragón mañana, día 15... para "ir adelantando trabajo".

    Besos, Ánimos y Tenacidad. PAQUITA

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  14. Paquita, es cierto quenos sentimos todos muy honrados con la presencia y las palabras de Jesús. Gracias por la "colada".
    Besos

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  15. Como me ha impresionado la escena de la madre viendo como se llevan a su hijo en el camión. Me he puesto en su lugar y se me ha encogido el alma.
    Y he sentido angustia alentando al fugado a correr más rápido para escapar. Lástima que no lo consiguiera.
    Verdaderamente fueron además de criminales, sádicos, obligando a personas ajenas a colaborar en sus acciones asesinas.

    Besos

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  16. Querido Daniel no dudo que falta mucho pero todo comienza con el primer paso y esta ha sido dado, la fortuna de todo esto es que por lo menos se tiene la certeza de la existencia de esos pozos, y junto con la actual tecnología no es tan dificil la identificación de los restos oseos.
    Hay que comprender el temor de estos asesinos a que la memoria y el recuerdo se volviera contra ellos, de ahi el hecho de intentar que el olvido cubriera sus crímenes, pero como la historia lo desmuetra al final estos actos salen a la luz.
    Te mando un abrazo

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  17. Y no hay que permitir que borren los nombres de la historia. Estos crímenes deben recordarse, para que no se repitan. Muchos no deben querer verlo, pero no se puede avanzar si no se conoce el pasado, si no se asumen y se pagan las culpas.
    Un beso grande.

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  18. Verdial, puedo imaginarme perfectamente cómo te has sentido. Hubo muchas madres que, por no separarse de sus hijos e hijas, compartieron su mismo destino. Fueron asesinadas al mismo tiempo que ellos. No se pararon ante nada aquellos malditos fascistas.
    Besos

    Sí, Lux. Muchos pasos se están dando, gracias al interés de muchas organizaciones memorialistas y de los familiares de los asesinados. Porque si fuera por nuestro gobierno, aquí no se movería nada.
    Un abrazo.

    Son muchos, Marcela, los que no quieren verlo y los que no quieren que nadie vea. Pero poco a poco se va consiguiendo mucho, aunque nunca suficiente para sentirnos satisfechos.
    Un beso

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