25 enero 2009

En Memoria de la Gloriosa Aviación Republicana



24 de Agosto de 1937. Volvían a su base en Villafamés (Castellón) después de haber bombarbeado el aeródromo de Soria. De improviso, a la altura de Agreda, dos cazas italianos Breda 65 les dispararon varias ráfagas de ametralladora. No los habían visto, pues habían utilizado la táctica de esperarlos a gran altura para después picar y conseguir mayor velocidad.
Su aparato, un Tupolev SB-2, conocido como "Katiuska" o "Martin Bomber" se había incendiado y habían perdido el control. Poco después, se estrelló cerca de la cima del Moncayo, la montaña que marca la frontera entre Castilla y Aragón.
Uno de los 3 tripulantes no logró salir del aparato a tiempo y falleció en el impacto. Los otros dos pudieron saltar en paracaídas, aunque uno de ellos no logró abrirlo, falleciendo en la caída. El superviviente fue doblemente afortunado. Fue detenido y posteriormente canjeado por otros prisioneros de guerra. Se trataba del cabo ametrallador Blas Paredes.
Siempre supieron nuestras familias que los restos de dos "aviadores murcianos" se hallaban bajo la misma tierra que cubría a los nuestros. Pero nada sabíamos de su identidad, pues en el libro de enterramientos del cementerio aparecían como "dos desconocidos, aviadores rojos". Sólo desde hace dos años hemos llegado a conocer sus nombres gracias al escritor Michel Lozares, autor del libro "Los aviones del Moncayo" que se basó en las investigaciones del historiador Rafael Permuy.
Hoy podemos ponerles nombre y apellidos. Eran el sargento piloto Antonio Soto y el sargento observador Luis Gil. Me consta que siempre han tenido nuestras madres una oración para ellos. Los nietos y los bisnietos, muchos de los cuales hace ya mucho que no creemos en esa Iglesia cómplice del levantamiento fascista de 1936, siempre hemos sentido orgullo por esos dos "aviadores murcianos" anónimos que reposaban junto a los nuestros.
Los unos murieron defendiendo la legalidad republicana con su palabra y con sus ideas. Los otros, defendiendo a la República como Caballeros del Aire. Todos dieron su vida por la defensa de los derechos y de las libertades.
Gracias a todos con lágrimas en los ojos y orgullo en el corazón.


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5 comentarios:

  1. No conocía la historia, muy interesante y siempre gratificante devolver la identidad y la dignidad a estos dos luchadores por la libertad. Un abrazo.

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  2. Es un deber de todos el conservar la memoria y la dignidad de quienes han luchado por nosotros, por una sociedad más justa. Y creo que es un alivio el conocer ya los nombres de esos dos aviadores y pensar que quizá, incluso, aún puedan vivir familiares suyos. Quienes haceis este trabajo merecéis el mayor agradecimiento. Un cordial saludo.

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  3. Gracias a ti, Isabel, por tu comentario y por el seguimiento de mi blog. Hace ya tiempo que nos pusimos en contacto con asociaciones de la Memoria Histórica de Murcia para comunicarles los nombres de los aviadores pero, hasta el momento, no sabemos nada de ellas.
    Un saludo.

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  4. Me gusta mucho la idea de este blog. Recuperar la historia es una de las cosas más valiosas. Devolverles la voz a quienes fueron silenciados. Felicitaciones. Un beso.

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  5. Que gratificante tiene que ser llegar a conocer la idenditad de esos héroes anónimo. Bien dice el refrán "más vale tarde que nunca", y ya ves, llegó un día en su anonimat salió a la luz.

    Un abrazo

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