30 enero 2009

¡Una gran alegría, el abuelo ha vuelto a casa!


Quiero hacerme eco de la alegría de Julián de la Morena, uno de los familiares de los más de 150 presos republicanos enterrados en una fosa común del Penal de Valdenoceda (Burgos), que ha conseguido identificar los restos de su abuelo Alfonso, concejal socialista de Aldea del Rey (Ciudad Real). Su emoción, después de todo el largo proceso de documentación, exhumación e identificación, es contagiosa. Nosotros, que estamos aún muy lejos de conseguir lo que Julián ya ha conseguido, lo sabemos bien.
La mezcla de sentimientos de Julián, de incredulidad, de alivio, de gratitud... supongo que será parecida a la que experimentemos nosotros en su momento, el día que nos digan: "Estos son los restos de Feliciano, de Luis, de Marcelino, de Gregorio...". Nuestra lucha es tan sólo una gota de agua en el inmenso mar de la reconstrucción de la memoria de los nuestros y de devolverles la dignidad que, en realidad, nunca perdieron.
Por eso, cuando nuestra pequeña gota de agua se une a la pequeña gota de agua de otros como nosotros, como los familiares de los represaliados en Valdenoceda, nos sentimos un poco menos aislados, un poco más acompañados.
Por eso, Julián, hoy nos sentimos incrédulos, aliviados, agradecidos... como tú. Alegres con tu alegría. Tu abuelo ha vuelto a casa y los nuestros están ya un poco más cerca de las suyas.

P.D. Espero, Julián, que no te importará que dé difusión a tu carta ABUELO ¡VUELVES A CASA! que he leído en el blog de Saiza. Esa carta constituye para nosotros un alimento para el alma.


Esto saldra en la pagina al pulsar leer mas

2 comentarios:

  1. Podria escribir lo mismo que he dicho en el blog de Saiza, que es una inmensa alegria recibir estas noticias, cada abuelo-soldado-guerrillero-campesino, que descansa al fin al lado de los suyos, merece que todos nos alegremos por ellos.
    Un abrazo y gracias por tu recibimiento

    ResponderEliminar
  2. Alegremonos de esta vuelta,pero tambien es necesario reconocimiento y no hablo del de sus allegados que lo tienen ,sino el de todos nosotros,que su sacrificio no quede en el olvido.

    ResponderEliminar