.post blockquote { width:275px; margin: 10px 0 10px 50px; padding: 10px; text-align: justify; font-size:15px; color: #e1771e; background: transparent; border-left: 5px solid #e1771e; } blockquote { border-left:3px solid #CCCCCC; color:#776666; font-style:italic; padding-left:0.75em; } Fusilados de Torrellas: febrero 2011 http-equiv="Content-Type" content="text/html; charset=UTF-8" />

Republicanos españoles en los campos de exterminio nazis (y 4). Los aragoneses de Mauthausen.

Mariano Constante, fotografiado con el uniforme y su número de interno en Mauthausen. Fuente: DHistoria
Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices

que el hombre es noble.

Nada importa que tan pocos lo sean:

Uno, uno tan sólo basta

como testigo irrefutable

de toda la nobleza humana.


Luis Cernuda "!936"



Había tenido más vidas que un gato pero su viejo y cansado corazón dijo basta cuando le faltaban unos meses para cumplir 90 años. Sobrevivió al campo de exterminio de Mauthausen donde entró en abril de 1941, cuando le faltaban tan sólo unos días para cumplir los 21 años.

Su experiencia, desde los 17 años, había sido muy dura. Comenzó en el campo de batalla para defender el gobierno legítimo de la República, como miembro de la 43 División batallando primero por tierras de Aragón y, posteriormente, sufriendo el avance imparable de los fascistas sublevados por tierras catalanas.


Siguió el exilio, los campos franceses, la lucha contra los nazis y su detención por los alemanes. Casi un año rondando por diferentes campos de prisioneros de guerra para ser deportado –al igual que miles de españoles- al campo de Mauthausen, donde permaneció algo más de cuatro larguísimos años asistiendo al asesinato, el desfallecimiento y la muerte de tantos y tantos compañeros de infortunio.


Mauthausen: la cantera Wienergraben. Enrique Martín Hernández. La imagen forma parte de la exposición "Supervivencia, Testimonio y Arte. Españoles en los Campos Nazis", que reúne pinturas, maquetas, grabados y esculturas realizadas por supervivientes españoles del campo nazi de Mauthausen. Fuente: Holocausto en Español
Organizó una red clandestina de resistencia y participó de forma activa en la ayuda a otros presos, en la coordinación política y muy especialmente en la obtención de información sobre el funcionamiento del campo. Precisamente, información facilitada por la organización clandestina española a la que pertenecía sirvió de prueba acusatoria contra determinados mandos del III Reich durante el proceso de Nuremberg.

Tras la liberación, vino la lenta recuperación de la maltrecha salud y la posibilidad de rehacer una vida familiar y laboral en Francia que se hacía imposible en su Aragón natal por tener una condena de muerte pendiente en España.


Diferentes trabajos, penurias y escasez de medios corrieron parejos a la actividad para hacer prevalecer la memoria de quienes no pudieron regresar de los campos de la muerte.


El teniente Bruckner, de las SS, para quien trabajaba Mariano Constante como ordenanza. Solía pasearse por el campo para humillar y maltratar a los presos. Intentó sin éxito que sus superiores mataran a Constante. Fuente: TheHouseOfBlogs
Él y sus compañeros, también tuvieron que luchar contra los fantasmas ideológicos que cuestionaban su comportamiento en los campos. Fue condenado a muerte por el Buró Político del PCUS acusado de colaborar con los alemanes: ¿acaso tenían que sentirse culpables por haber sobrevivido a la deportación?

Para él comenzaba una dura labor por dignificar al colectivo republicano de Mauthausen. Muchos le apoyaron y le animaron a recopilar información y relatar la experiencia de los españoles en el campo nazi.


Ese fue su trabajo durante décadas, aconsejar y dar testimonio en un esfuerzo tan permanente que hizo honor a su apellido.


Se llamaba Mariano Constante.


Mariano Constante (dcha.) junto a otros deportados españoles en el subcampo de Gusen, en mayo de 1970. Fuente: Ceibm
Como él, otros 1.000 aragoneses y aragonesas fueron deportados a los campos de exterminio nazis, 841 de ellos al de Mauthausen. La cifra es válida a día de hoy, pero mañana puede ser mayor, ya que los listados que se poseen son incompletos y poco a poco se van conociendo nombres y casos por muy diferentes vías.

Un documental de la Televisión Aragonesa localizó en Francia y en Venezuela a varios supervivientes aragoneses de Mauthausen, todos con cerca de 90 años. Algunos de ellos, como Miguel Aznar, Elías González y Domingo Félez, no habían hablado nunca del terror nazi ante una cámara.


"Adiós a la vida" desvela que el preso Manuel Rifaterra, natural de Alcorisa (Teruel), se encargó de dirigir la construcción del mismo campo donde murieron miles de españoles, aunque su puesto como jefe de obra sirvió a muchos de ellos para sobrevivir.



Tarjeta de interno en Mauthausen de Jesús Tello. Fuente: Equipo Nizkor
Jesús Tello, José Alcubierre y Elías González, tres supervivientes del convoy de los 927 de Angoulême entrevistados en varias localidades de Francia, detallan la amarga experiencia de haber vivido la muerte de sus respectivos padres a golpes en el subcampo de Gusen, donde fallecieron la mayor parte de los españoles entre 1940 y 1941. Los tres pertenecieron al famoso Comando Poschacher, del que ya hemos hablado en la entrada anterior.

Jesús Tello y Ramiro Santiesteban, los dos presos que han declarado en la Audiencia Nacional en el proceso contra dos guardias nazis, aportan sus testimonios judiciales. Los acusados serán entregados por Estados Unidos a España para ser juzgados por un delito contra la humanidad en el primer juicio de estas características que se celebrará en nuestro país.


"Dime si tienes miedo a morir. ¡Dímelo! Te ordeno que me lo digas, ¡desgraciado!". Santiesteban recuerda cómo le gritaba un sargento de las SS hace más de seis décadas. Dice que ha perdonado, pero que es incapaz de olvidar.Fuente: CCVF
Diversas investigaciones y publicaciones sacan continuamente a la luz el testimonio de otros aragoneses supervivientes de aquel infierno. Como el de José Magallón, de Blesa (Teruel), que fue hecho prisionero por los alemanes en el desastre de Dunkerke y no se podía imaginar lo que iba a pasar en los cinco años que permaneció en los campos de exterminio de Mauthausen y de Ebensée.

Hasta el momento de su muerte, en 1997, Magallón no se cansaba nunca de contar sus experiencias durante el cautiverio y de advertir sobre los jóvenes que intentan resucitar el nazismo. “No saben lo que hacen”, solía decir…


José Magallón recuerda que en Mauthausen tenían un dicho: "Heute gut, Morgen kaputt", "hoy bien, mañana muerto". Tenían muy claro que si los aliados no los liberaban no lo iban a poder contar. Fuente: Albayar
José Egea, aragonés de adopción, rememoraba en Villamayor (Zaragoza) que su peor experiencia en el campo fue la muerte de su padre en las navidades de 1942, pues como tantos otros, no logró sobrevivir a las duras condiciones a las que estaban sometidos.

Egea describía el tiempo que estuvo en Mauthausen como un "verdadero infierno" y afirmaba que la experiencia de vivir en un campo de concentración no se supera nunca. Aseguraba que tras ser liberado, no podía soportar ver las condiciones en las que vivían en algunos países, ni contemplar situaciones de maltrato.



José Egea recuerda que en Mauthausen "les maltrataron salvajemente". Fuente: El Periódico de Aragón
Cuando volvió a España, vivió en la clandestinidad, ya que no tenía papeles. Durante años tuvo que esquivar a la policía y "sacrificar parte de su vida" hasta que murió Franco. José Egea se lamentaba de que la gente joven había olvidado estos episodios de la historia, no soportaba escuchar en boca de las nuevas generaciones que "pasaban de la política" y reclamaba que eran precisamente ellos los que debían cambiar la realidad del país. Falleció el año pasado…

El tesón de los nietos ha sacado también a la luz la historia de Fernando Sancho. Alcalde republicano de Almonacid de la Cuba (Zaragoza), tuvo que exilarse a Francia donde vivió las durísimas condiciones de los campos de internamiento. Su familia no supo si estaba vivo o muerto hasta 1959, 21 años después de despedirse de él en las afueras del pueblo. El 27 de enero de 1941 le tatuaron el número 6.538 en Mauthausen. Sólo sobrevivió ocho meses…


Fernando Sancho, primer edil de Almonacid de la Cuba durante la República, falleció en el campo de exterminio de Gusen en 1941. Fuente: Memoria de las Migraciones de Aragón.
Aún son más olvidadas las mujeres que fueron deportadas. Alrededor de una veintena de aragonesas estuvieron en Mauthausen. Una de ellas, Alfonsina Bueno, de la comarca de Calatayud, acabó siendo trasladada a este campo, donde coincidió con su compañero, José Ester. Milagrosamente, ambos sobrevivieron.

No quisiera terminar esta entrada, necesariamente limitada, sin recordar a los supervivientes de Mauthausen Jesús Grau y Raimundo Suñer, ambos de Calaceite (Teruel).


Ya vimos en la entrada anterior que el español Francisco Boix, que trabajó como fotógrafo en el servicio de identificación de Mauthausen, jugó un papel decisivo en la condena de algunos jerarcas nazis en el juicio de Núremberg al aportar los negativos de las fotos que incriminaban a algunos de los acusados.



Francisco Boix en Nuremberg. Fuente: Intrínseco y Expectorante
Sin embargo, la aportación de Boix a la Justicia no hubiera sido posible sin la colaboración del calaicetano Jesús Grau, que se encargó de sacar los clichés escondidos en sus zapatos, en la comida o donde el ingenio le dictaba para ocultarlos en la casa de una familia austriaca contraria al régimen nazi.

Jesús Grau formaba parte del grupo de jóvenes españoles del Comando Poschacher. Según cuenta Raimundo Suñer, otro calaceitano preso en el campo de concentración austriaco, en sus memorias, Jesús Grau fue "el más destacado" en la tarea de ocultar los negativos.


Jesús Grau (izda.) con Raimundo Suñer. Fotografía de Francisco Boix. Fuente: Heraldo de Aragón
Hace ya muchos años tuve el inmenso honor de conocer en persona a Mariano Constante. El “notario de Mauthausen” como era conocido por el valioso testimonio de sus libros y de sus proyectos audiovisuales, acudió a contar, una vez más, su experiencia en el infierno de Mauthausen. Esta vez al colegio donde yo trabajaba por aquel entonces.

Hijo de un maestro de Riglos (Huesca), su obsesión era difundir su experiencia entre los jóvenes para que aquello no volviera a ocurrir.


Recuerdo aún su voz, de marcado acento aragonés trufado con algunas palabras del francés. "A veces me dicen si es preciso que siga contando lo que pasó. Pues sí".


Y así lo hizo siempre. Constante se dedicó a dar fe de lo que había vivido, a refutar a los negacionistas y a desenmascarar a los falsos héroes
.

Mariano Constante, fotografiado hace unos años. Fuente: Heraldo de Aragón
Con él, y con su nombre recordando a todas las víctimas del nazismo -a los aragoneses, a los españoles y a los de cualquier otra nacionalidad- es más necesario que nunca gritar bien alto aquel ¡Nunca más! que los supervivientes de todos los campos se comprometieron a defender en el juramento que realizaron, tras su liberación, en la ya lejana primavera de 1945.

Una lección para la humanidad y para que cada uno de nosotros sepa reconocer el destino que nos deparan los que proclaman las espurias purezas raciales, religiosas o políticas.





Fuentes documentales


Bibliografía


- Constante, M.

  • Republicanos aragoneses en los campos nazis: Mauthausen. Pirineo, Zaragoza, 2000.
  • Los años rojos. Españoles en los campos nazis. Círculo de Lectores, Barcelona, 2005.
  • Yo fui ordenanza de los SS. Pirineo, Zaragoza, 2000.
  • Tras Mauthausen. Galaxia Gutenberg, Barcelona,2007.
  • Triángulo azul. Los republicanos españoles en Mauthausen. (Con Manuel Razola y la colaboración de Patricio Serrano). Gobierno de Aragón, Colección Amarga Memoria, Zaragoza, 2008.
  • Los cerdos del comandante. (Con Eduardo Pons Prades). Argos-Vergara, Barcelona, 1978.
- Suñer, R. De Calaceite a Mauthausen. Memorias de Raimundo Suñer. Centro de Estudios Bajoaragoneses, Alcañiz, 2006.

Revistas digitales


-
Alumnos de Monzón reciben una lección magistral de Historia y dignidad en el campo de exterminio nazi de Mauthausen. Ronda: Revista digital del Somontano de Barbastro, 20-05-2010.

-
Homenaje a Mariano Constante. C. Monegros. Saridigital, 19-04-2010.

-
Cincovilleses en elos campos de concentración nazis. EjeaDigital.


Prensa digital


-
El alcalde aragonés que fue víctima de los nazis. S. del Molino. Heraldo de Aragón, 30-03-2009.

-
Adiós al notario de Mauthausen. Ramón J. Campo. Heraldo de Aragón, 03-02-2010.
- Mariano Constante, una de las mayores conciencias morales de nuestro tiempo, nos ha dejado. J. Inglada. Diario del Alto Aragón, 05-02-2010.

- Fallece el superviviente de Mauthausen José Egea. P. Peiró. El Periódico de Aragón, 10-10-2010.


Webgrafía


- En recuerdo del republicano aragonés Mariano Constante. Juan M. Calvo. Andalán, 06-02-2010.

- Fernando Sancho Gracia. Retrato del
primer edil de Almonacid de la Cuba durante la República, fallecido en el campo de exterminio de Gusen en 1941. Memoria de las Migraciones de Aragón.

Material audiovisual


- Adiós a la Vida.
Documental de Aragón Televisión. Fuente: YouTube
- Mauthausen. Documental de Aragón Televisión. Fuente: YouTube
-
Mauthausen, una mirada española. Documental de 83 minutos sobre Mauthausen, a través del testimonio de Mariano Constante y de sus vivencias en este campo nazi. Fuente: YouTube

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Republicanos españoles en los campos de exterminio nazis (3). La resistencia de los españoles en Mauthausen.

Preso picando piedra. Ramón Milá, 1946. La imagen forma parte de la exposición "Supervivencia, Testimonio y Arte. Españoles en los Campos Nazis", que reúne pinturas, maquetas, grabados y esculturas realizadas por supervivientes españoles del campo nazi de Mauthausen. Fuente: Tercera Información
Dedicado a los más de 1000 republicanos aragoneses, hombres y mujeres, deportados a los campos de exterminio nazis. Apenas un tercio sobrevivió…


Ángel yace en el suelo. Ya no puede levantar más la gigantesca roca que ha portado sobre su espalda durante más de cien escalones; está agotado. Ni los amenazantes gritos de los alemanes ni sus incesantes golpes logran que ese hombre exhausto, consumido, acabado…, se incorpore.

Ya no le quedan fuerzas ni siquiera para tener miedo. Hasta ahí llega el desaliento de un hombre al que han robado la dignidad, al que han castigado hasta la extenuación. Unos años antes, en su pueblo aragonés, no hubiera podido imaginar que otro ser humano fuera capaz de infligir tanto daño a un semejante.

Le quedan aún por subir más de cincuenta escalones hasta alcanzar la cima y concluir así otra extenuante jornada de castigo, pero ya no encuentra ningún motivo para levantarse. Ya no puede más. Los golpes arrecian, pero sus gestos de dolor resbalan en la indiferencia de los torturadores.

Varios perros ladran sin parar; uno incluso le ha mordido en la pierna, provocándole un desgarro. Sus compañeros, la mayoría españoles como él, contemplan la escena sin detenerse. Tienen miedo a caer despeñados, a recibir más castigos, a perder su exigua ración de comida diaria, a ser atacados por los perros....

La cantera, esa maldita cantera, va a cobrarse una nueva víctima. Los SS tratan de levantarlo por la fuerza; es inútil, sus piernas de alambre no dan para más. Ángel se acuerda de sus hijos, de su mujer… ¿Qué habrá sido de ellos?

En un último esfuerzo, el hombre salta desde lo alto de la escalera para quitarse la vida. En apenas unos segundos, su cuerpo recorre un descenso letal. El último sonido es el del fin de su vida, la conclusión de una existencia que ha terminado en un sufrimiento atroz.

Pesaba 38 kilos, cuarenta menos que cuando ingresó en el campo, menos que el último bloque de granito que había llevado a la espalda…

Prisionero muerto en la cantera de Mauthausen. Además de subir la piedra correspondiente, debían esquivar a los SS que, por diversión, les lanzaban los perros para que les mordieran. Llegados arriba empleaban con ellos el llamado "salto del paracaidista", obligándoles a saltar al vacío. 50 metros de caida vertical. Fuente: Holocausto en español
Como Ángel, 8.000 españoles murieron en Mauthausen. El 90 % de ellos en un solo año. Su muerte fue producto de un crímen organizado: fueron el hambre y el trabajo esclavo las causas de la muerte de la mayoría.

Los españoles, un variopinto colectivo formado por comunistas, anarquistas, republicanos, antifascistas en general… tuvieron que dejar de lado sus diferencias políticas en pro de un objetivo común: sobrevivir con dignidad el mayor tiempo posible.

Esto les hizo ser los protagonistas del campo, primero porque mostraron una resistencia psíquica superior a la media, con seguridad debido a las duras experiencias previas vividas en la Guerra Civil.

Después porque fueron un grupo que se organizó para ayudar a sus compatriotas y se preocupó por colocar a los suyos en puestos en los que tuvieran algún acceso a la comida, las medicinas y los registros. Robos de cigarrillos –la unidad de moneda que circulaba en el campo– para conseguir “comprar” privilegios y comida para los enfermos, y pequeños sabotajes fueron algunas de las acciones que llevó a cabo una organización de la que los comunistas fueron los principales encargados..

Al principio, la lucha fue ardua y las acciones se limitaban a aportar alguna ayuda a los más débiles y a mantener su moral. El detonador psicológico que aceleró la toma de conciencia de los españoles, y se convirtió en su primera acción de resistencia pasó en agosto del 40, cuando vieron cómo conducían a Mauthausen a un grupo de niños españoles. Lo primero que decidieron como acción común fue salvar a los niños, autonombrándose tutores de aquellos que estaban sin padres ni hermanos, colocándoles entre los adultos en el trabajo para poder ayudarles, cediéndoles una parte del pan y de la ración de margarina, y acostándoles entre ellos por la noche para protegerles de los SS y de los Kapos.

Prisioneros españoles en Mauthausen, entre ellos un niño. Fuente: Todos los Rostros
La segunda acción tuvo lugar en el invierno de 1940-1941, cuando 4 españoles acusados de sabotaje fueron castigados a recibir 25 bastonazos en el culo en presencia de todos sus compatriotas, y después enviados al peor destino del campo, la Strafkompanie, donde trabajaban más horas, con menos descansos y menos comida y encerrados después en celdas de aislamiento. Se creó una cadena de solidaridad dándoles cada uno de los españoles una cucharada de su sopa y unos gramos de pan para que pudieran sobrevivir.

Los presos políticos alemanes, austriacos y polacos, quedaron perplejos de aquella actitud fraternal; los SS y los Kapos también quedaron sorprendidos con los españoles ya que fueron los primeros que empezaron a recoger a sus muertos en los distintos lugares del trabajo y los llevaban a hombros hasta el campo (aunque tuvieron que dejar de hacerlo al final dado el elevado número de ellos que había...).

El hecho de contar entre ellos con un gran número de conocedores de oficios varios, también ayudó a que los SS, poco a poco, fueran haciéndoles concesiones, y cada brecha abierta entre los SS o los presos de derecho común era una victoria española. Así se fueron haciendo con los “prominenten”, los puestos de trabajo cualificado (barberos, oficinistas, fotógrafos, jardineros,…) que había, lo que significaba la ampliación de sus posibilidades en pro de los más necesitados así como más autonomía e información para sostener la organización clandestina republicana que funcionaba desde mediados de 1.941.

Barberos afeitando a los presos de Mauthausen. Los barberos eran unos de los puestos "prominenten", ya que vivían mejor que el resto de los prisioneros y tenían más posibilidades de sobrevivir. Varios españoles ejercieron de barberos en el campo. Fuente: Holocausto en español
Se establecieron así unos lazos muy sólidos entre ellos que no se rompieron nunca, ni bajo las peores condiciones, ni cuando la moral del campo atravesó los momentos más difíciles.

Las horas de descanso del domingo por la tarde eran casi peores que una semana de trabajos forzados y malos tratos. Era el momento de enfrentarse a ellos mismos, su soledad, sus recuerdos...Para llenar ese vacío los españoles organizaron partidos de fútbol y peleas de boxeo. Así conseguían que la moral no decayera... y cambiar impresiones para perfeccionar el aparato clandestino de solidaridad. Fuente: Holocausto en español
Algunos de los españoles que se hicieron con aquellos puestos de “enchufe” realizaron una labor fundamental para que conozcamos el número de compatriotas que fueron a parar a Mauthausen.

Casimiro Climent, Juan de Diego y Josep Ballina trabajaban en las oficinas de la Gestapo, rellenando las fichas de los deportados. Asumiendo un altísimo riesgo, decidieron duplicar en secreto las fichas de los republicanos españoles para poder explicar y probar, si sobrevivían, lo que sucedía en ese campo. Realizaron también decenas de fichas de los SS destinados allí, las cuales fueron fundamentales para poder incriminarles en los procesos abiertos posteriormente a la liberación.

Otra cosa que hicieron fue preparar una lista de prisioneros españoles. Es decir, aparte de la ficha que había que hacer, añadieron por medio de entrevistas personales el lugar de procedencia exacto y la dirección de su familia. Gracias a eso, muchos españoles se enteraron de que sus familiares habían muerto en el campo de concentración, ya que se les pudo localizar una vez terminada la guerra.

Francisco Boix, con su inseparable Leica colgada del cuello. La imagen corresponde a los días posteriores a la liberación de Mauthausen. Fuente: Nazismo y holocausto

Dentro del campo había un Departamento de Identificación. Las cámaras fotográficas de los SS trabajaban con avidez documentando la barbarie. Pero no tuvieron en cuenta que cada fotografía en el futuro podía ser un documento incriminatorio. En este departamento trabajaban Antonio García y Francisco Boix. Se cuenta que por su mediación se salvaron muchos prisioneros españoles que fueron recolocados en otros destinos más soportables.

Las visitas al campo de altos mandatarios de la SS, con Himmler a la cabeza, fueron también documentadas por la cámara fotográfica de Boix; años después pagarían salir inmortalizados en las fotografías.

Pero antes había que sacar del campo aquellas fotografías, lo cual implicaba un gran riesgo de ser descubiertos. Se puso entonces en marcha una operación en la que participaron los “potchacas”, un grupo de unos 50 jóvenes españoles que toma su nombre de una cantera privada situada en el pueblo de Mauthausen. La cantera era explotada por Anton Poschacher, un dirigente nazi local que empleaba mano de obra esclava proveniente del campo de concentración de Mauthausen.


Miembros del "Kommando Poschacher".Parte superior, de izquierda a derecha: Juan Pedrol Carbonell - persona desconocida - José Alcubierre Pérez - José Aviñó Sabaté. Parte inferior, de izquierda a derecha: persona desconocida - Manuel Cortés García - Félix Labara Peña - Manuel-Ángel Ramos Barril. Fuente: Imagenes y Memoria de Mauthausen. Catálogo de la exposición con el mismo nombre. Editions Tiresias. Tomado de Foro Segunda Guerra Mundial
Los "poschacher" salían todos los días a su trabajo, donde disfrutaban de unas condiciones menos duras. Por eso se les dio la misión de sacar los negativos del campo. Se las arreglaron para meter el paquete de negativos camuflado entre la comida y así lo llevaron hasta la cantera donde lo escondieron.

Más adelante le hicieron entrega del paquete a una valiente mujer austríaca con la que trabaron amistad. Anna Pointner, ferviente antifascista, no dudó en recogerlo y esconderlo en un muro de su jardín. El valor de aquellos negativos era muy alto: fueron fundamentales para identificar a un buen número de los despiadados SS que sirvieron en Mauthausen y para que quedara constancia gráfica de lo vivido allí.

Ha sido grande la emoción que he sentido al enterarme de estos hechos desconocidos para la mayoría de nosotros. Rendir homenaje a estas muestras de valor, de dignidad, de solidaridad…en aquellas durísimas condiciones, es algo que considero un deber.

Jorge Semprún, superviviente de Buchenwald, lo expresa con palabras más bellas que las mías:

“Sin duda a veces hay que hablar en nombre de los náufragos. Hablar en su nombre, en su silencio, para devolverles la palabra" (*)

Aquellos luchadores de Mauthausen son los precursores de la España en la que hoy vivimos. Todos debemos de conocer, y en especial los jóvenes, lo que ha costado un régimen democrático.

Reconocer su sacrificio para hacerlos partícipes del futuro al que ellos contribuyeron.


(*) Jorge Semprún: La escritura o la vida.


Fuentes documentales

Bibliografía

- AAVV La part visible des camps ; les photographies du camp de concentration de Mauthausen; Imágenes y memoria de Mauthausen. Fotografías del campo de concentración de Mauthausen. Editions Tirésias, Paris, 2005.

- Bermejo, B. Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen. Fotografías de Francisco Boix y de los archivos capturados a los SS de Mauthausen. RBA Editores, Barcelona, 2002.

- Pons Prades, E. El holocausto de los republicanos españoles : vida y muerte, en los campos de exterminio alemanes 1940-1945. Belacqua de Ediciones, Barcelona, 2005

- Wingeate, D. Spaniards in the Holocaust. Mauthausen: Horror on the Danube. Routledge, London, 2000.

Prensa digital

- El español que fotografió el horror nazi en Mauthausen. A. Domenech. El Mundo, 26-05-2010.

- Vivir en el infierno. C. Coca. La Verdad.es, 12-11-2003

- Un calaicetano en la trastienda de Nuremberg. L. Rajadel. Heraldo de Aragón, 29-08-2010

Webgrafía

- Dos castejaos en el terror nazi de Mauthausen. Fuente: Foro por la Memoria

- Republicanos españoles en Mauthausen. Fuente: Trebujena

- Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen. Fuente: Intrínseco y Expectorante

- El grupo de los Poschacher. Fuente: Foro Segunda Guerra Mundial

- Republicanos en los campos de concentración nazis (Cantoria). Fuente: AlmeriaPedia

- La Resistencia española en Mauthausen, ejemplo de convivencia. Fuente: Holocausto en español

Material audiovisual

- Aragoneses en Mauthausen. Fuente: YouTube



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