Núm. 3721
BORJA
D. Rafael Guerrero Gisbert, Juez de instrucción de Borja e instructor del expediente que se expresará;
Hago saber: Que en el expediente que instruyo a virtud de designación (…) para declarar administrativamente la responsabilidad civil que deba exigirse a D. Marcelino Navarro Torres, vecino de Torrellas, hoy en ignorado paradero, por su oposición al triunfo del movimiento nacional y a virtud de lo que dispone (…), he acordado citar a dicho expedientado (…), requiriéndole para que dentro del término de ocho días hábiles comparezca aquel ante este juzgado y referido expediente, personalmente o por escrito, donde puede alegar y probar en su defensa lo que estime procedente, apercibiéndole que de no hacerlo le parará el perjuicio a que hubiere lugar en derecho.
Dado en Borja a 30 de julio de 1937.- segundo Año Triunfal.- Rafael Guerrero.- El Secretario, Carmelo Molins.
Así comenzaba el proceso por el que se les abrían expedientes de responsabilidad civil a Marcelino, Gregorio, Luis y Feliciano. He destacado algunas expresiones que muestran la pantomima de una “justicia” franquista que, a sabiendas de que los nuestros habían sido asesinados casi un año antes por sus esbirros falangistas, venían a imponerles ahora un nuevo castigo, esta vez económico, en forma de la confiscación y el embargo de sus bienes.
El procedimiento constaba de cuatro informes, de carácter político, emitido por la Falange; moral, firmado por el párroco; patrimonial, expedido por el alcalde; y otro sobre comportamiento y antecedentes penales, que elaboraba la Guardia Civil. Se investigaban todas las actividades que hubieran realizado los expedientados hasta varios años antes de producirse la sublevación militar. No existía la figura del abogado defensor. Si acaso, el procesado podía esperar la buena acción de algún informante. Es decir, algún particular no sospechoso para el régimen que estuviera dispuesto a defender que era una persona de bien. Sin embargo, este sistema era caldo de cultivo para los delatores, que en muchas ocasiones se beneficiaban apropiándose de los bienes de aquellos a quienes denunciaban.
La financiación de la guerra exigía inmensas cantidades de dinero. Este dinero lo iban a obtener de los mismos a quienes consideraban que por su comportamiento habían desencadenado el golpe militar. Aún así, uno se abruma ante el derroche de burocracia, de la cantidad de material, trabajo y medios desplegados para realizar las pesquisas, las pruebas, las argumentaciones de jueces e inculpados…
El expediente de Gregorio Torres resolvió que el inculpado “era de ideas izquierdistas afecto al Frente Popular a cuyo servicio desempeñó el cargo de alcalde (…), habiendo contribuido con su posición social y prestigio a incluir aquellas ideas entre sus convecinos y con su actuación bien definida y meditada a ocasionar la situación que provocó el Alzamiento Nacional”. Por ello le impusieron una sanción de 5.000 pesetas, por aquel entonces una verdadera fortuna, que tuvo que hacer efectiva su viuda. Como sabían que Gregorio disfrutaba de una posición acomodada, no dudaron en investigar en todos los Registros de la Propiedad en busca de todas las tierras, casas y bienes que pudiera tener.
En el caso de Marcelino Torres, por mucho que buscaron no les quedó más remedio que admitir que nada podían incautarle, pues nada poseía. Además terminaron sobreseyendo el expediente ya que “aunque profesó ideas izquierdistas, no aparece acreditado que cometiera acto alguno de oposición al Glorioso Movimiento Nacional”, por lo que “se procede a sobreseer el expediente sin declaración de responsabilidad”.
A pesar de nuestra búsqueda en todo tipo de archivos, no hemos logrado encontrar todavía los expedientes de Luis Torres ni el de mi abuelo Feliciano Lapuente. Nos han informado que pueden haberse perdido o destruido. Seguiremos buscándolos, pues quizás aparezcan algún día y queremos saber qué “delitos” les imputaban.
Los pilares del franquismo se construyeron pues, no sólo con miles de muertes, sino también con la miseria de miles de familias que además de llorar la muerte de un ser querido tuvieron que ver cómo les despojaban de su patrimonio y afrontar el futuro con muy negras perspectivas.
De todo lo que hemos estado investigando hemos deducido pues dos consecuencias claras, que ya sabíamos. En primer lugar, que a Gregorio, Luis y Feliciano los asesinaron porque demandaban libertad, justicia y democracia. Y segundo, que a Marcelino lo mataron…por nada.
BORJA
D. Rafael Guerrero Gisbert, Juez de instrucción de Borja e instructor del expediente que se expresará;
Hago saber: Que en el expediente que instruyo a virtud de designación (…) para declarar administrativamente la responsabilidad civil que deba exigirse a D. Marcelino Navarro Torres, vecino de Torrellas, hoy en ignorado paradero, por su oposición al triunfo del movimiento nacional y a virtud de lo que dispone (…), he acordado citar a dicho expedientado (…), requiriéndole para que dentro del término de ocho días hábiles comparezca aquel ante este juzgado y referido expediente, personalmente o por escrito, donde puede alegar y probar en su defensa lo que estime procedente, apercibiéndole que de no hacerlo le parará el perjuicio a que hubiere lugar en derecho.
Dado en Borja a 30 de julio de 1937.- segundo Año Triunfal.- Rafael Guerrero.- El Secretario, Carmelo Molins.
Así comenzaba el proceso por el que se les abrían expedientes de responsabilidad civil a Marcelino, Gregorio, Luis y Feliciano. He destacado algunas expresiones que muestran la pantomima de una “justicia” franquista que, a sabiendas de que los nuestros habían sido asesinados casi un año antes por sus esbirros falangistas, venían a imponerles ahora un nuevo castigo, esta vez económico, en forma de la confiscación y el embargo de sus bienes.
El procedimiento constaba de cuatro informes, de carácter político, emitido por la Falange; moral, firmado por el párroco; patrimonial, expedido por el alcalde; y otro sobre comportamiento y antecedentes penales, que elaboraba la Guardia Civil. Se investigaban todas las actividades que hubieran realizado los expedientados hasta varios años antes de producirse la sublevación militar. No existía la figura del abogado defensor. Si acaso, el procesado podía esperar la buena acción de algún informante. Es decir, algún particular no sospechoso para el régimen que estuviera dispuesto a defender que era una persona de bien. Sin embargo, este sistema era caldo de cultivo para los delatores, que en muchas ocasiones se beneficiaban apropiándose de los bienes de aquellos a quienes denunciaban.
La financiación de la guerra exigía inmensas cantidades de dinero. Este dinero lo iban a obtener de los mismos a quienes consideraban que por su comportamiento habían desencadenado el golpe militar. Aún así, uno se abruma ante el derroche de burocracia, de la cantidad de material, trabajo y medios desplegados para realizar las pesquisas, las pruebas, las argumentaciones de jueces e inculpados…
El expediente de Gregorio Torres resolvió que el inculpado “era de ideas izquierdistas afecto al Frente Popular a cuyo servicio desempeñó el cargo de alcalde (…), habiendo contribuido con su posición social y prestigio a incluir aquellas ideas entre sus convecinos y con su actuación bien definida y meditada a ocasionar la situación que provocó el Alzamiento Nacional”. Por ello le impusieron una sanción de 5.000 pesetas, por aquel entonces una verdadera fortuna, que tuvo que hacer efectiva su viuda. Como sabían que Gregorio disfrutaba de una posición acomodada, no dudaron en investigar en todos los Registros de la Propiedad en busca de todas las tierras, casas y bienes que pudiera tener.
En el caso de Marcelino Torres, por mucho que buscaron no les quedó más remedio que admitir que nada podían incautarle, pues nada poseía. Además terminaron sobreseyendo el expediente ya que “aunque profesó ideas izquierdistas, no aparece acreditado que cometiera acto alguno de oposición al Glorioso Movimiento Nacional”, por lo que “se procede a sobreseer el expediente sin declaración de responsabilidad”.
A pesar de nuestra búsqueda en todo tipo de archivos, no hemos logrado encontrar todavía los expedientes de Luis Torres ni el de mi abuelo Feliciano Lapuente. Nos han informado que pueden haberse perdido o destruido. Seguiremos buscándolos, pues quizás aparezcan algún día y queremos saber qué “delitos” les imputaban.
Los pilares del franquismo se construyeron pues, no sólo con miles de muertes, sino también con la miseria de miles de familias que además de llorar la muerte de un ser querido tuvieron que ver cómo les despojaban de su patrimonio y afrontar el futuro con muy negras perspectivas.
De todo lo que hemos estado investigando hemos deducido pues dos consecuencias claras, que ya sabíamos. En primer lugar, que a Gregorio, Luis y Feliciano los asesinaron porque demandaban libertad, justicia y democracia. Y segundo, que a Marcelino lo mataron…por nada.
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13 comentarios:
Efectivamente, Daniel, no sólo era el aplastamiento y eliminación física de los enemigos, sino el despojarlos de todo aquello que pudieran atesorar. Para eso estaban las nuevas estructuras colaboradoras del fascismo.
Al menos no pudieron con la dignidad. Un abrazo
No puedo evitar decir QUE HIJOS DE PUTA!, es muy cierto a Marcelino Torres lo matan y después terminan declarando que "aunque profesó ideas izquierdistas, no aparece acreditado que cometiera acto alguno de oposición al Glorioso Movimiento Nacional", yo creo que es Estado debe indeminzar a los parientes de los asesinados. Es impresionante pensar en todo lo que tuvieron que vivir por mas de cuarenta años las pobres familias destruidas por esos carniceros. Acá no fue tan abierto el tema del despojo, si los torutraban y llegaban escribanos que adultaraban compraventas para antes de matarlos dejarlos sin propiedades, pero allá se ve que fue mucho mas abierto el tema. Claro tenían tiempo muchos años por delante. Me conmueve pensar en esas pobres mujeres ya sin sus hombres y me lleno de mucha bronca e impotencia.
Espero que encuentres la documentación que falta de tu abuelo, no dudo que finalmente vas a poder hacer justicia.
Te mando un abrazo y pienso en tu abuela esa si que fue una verdadera mujer a ella hay que dedicarle este día, a ella y todas sus compañeras de desgracia.
Abrazo mi amigo
Y aun hay personas (quiero creer que de buen corazon)que nos dicen que no busquemos justicia, solo poder enterrar a nuestros muertos.
Si no buscamos y exigimos justicia, el repugnante regimen asesino del general golpista se habra salido con la suya, hacer desaparecer por completo a miles de personas como si no hubieran vivido jamas.
Un abrazo amigo
Ya se sabe ,ha este me lo cargo por rojo, y si me equivoco por si acaso que algo habra hecho.
Lo suyo pa mi y a su familia ricino para que se acuerde,solo tienen un nombre HIJOS DE PUTA.
A todos los mataron por "nada". Bueno, por "nada" no, sino por el odio encarnecido de sus verdugos.
Estos días pienso mucho en tí.
Este mes de Marzo, hace 70 años, fue el último de la guerra y Franco se proclamaba victorioso. Los soldados republicanos intentaban volver a sus casas o embarcar al extranjero ante su consabido futuro, y buscaban barcos que los sacaran del país. Muchos se dirigieron a Cartagena y Valencia pero no todos pudieron embarcar. En el puerto de Alicante quedaron atrapadas 12.000 personas. Todas fueron hechas prisioneras y hacinadas en la plaza de toros. El 30 de Marzo los falangistas y los soldados italianos rodearon la zona de refugiados. De allí los sacaron con un destino "incierto".
Un dato: el 2 de Marzo de 1939, Pio XII, total partidario del régimen de Franco, y al que apoyaba incondicionalmente, fue elegido Papa. De vergüenza ¿verdad?.
Son heridas que no han podido cerrarse, ni podrán cerrarse, viendo la injusticia que se cometió y aun hoy 73 años despues se sigue cometiendo..como pretenden que pasemos página, si ni siquiera nos dejan leerla. Un beso y a seguir caminando por la Memoria.
Noel, era una maquinaria represiva perfectamente planificada para borrar a los enemigos de la memoria, no sin antes desposeerlos de lo que tuvieran.
Un abrazo.
Lux, aquí se promulgó una ley ad hoc para dar una apariencia de legalidad al expolio. No hay indemnización posible para todo lo que nos hicieron pero tenemos que seguir batallando para que algún día se haga algo de justicia.
Un abrazo.
Navegante, tenemos que hacerles cuestionar a esas personas de buena voluntad qué harían ellos en nuestro lugar. Seguramente la respuesta sería diferente a lo que ahora dicen.
Un abrazo.
Severino, es verdad lo que dices. Una simple sospecha o un comentario malintencionado bastaban entonces para dar el "paseo" a cualquiera. Muchos se aprovecharon y medraron con el expolio.
Un abrazo.
Gracias por los datos que aportas, Verdial. Dentro de poco quiero publicar el papel de nuestra "bendita" iglesia en el asesinato de tantas personas que, como los nuestros, cuestionaron su oscurantismo y dominio en todos los aspectos de la vida.
Un beso.
No sé si, al paso que vamos, veremos nosotros la luz al final del tunel de tantas injusticias. Somos quijotes peleando contra molinos. Que no nos falte la fé y la fuerza, Saiza.
Un beso.
A Juan Bautista García, me siento muy honrado de que sigas mi blog. Gracias y bienvenido. Ojala tuvieras tú otro para poder visitarlo.
Un saludo.
Desde luego, el cinismo y la crueldad más extrema estuvieron presentes en eso que llamas farsa (en tanto que fingimiento) pero que en realidad deberíamos llamar tragedia (en tanto que espeluznante resultado para los afectados). Considero muy importante el trabajo que estáis haciendo, porque es el modo más directo de desenmascarar a quienes hicieron de nuestro país un infierno. Un abrazo muy fuerte.
Gracias, Isabel. Ahora sólo necesitamos que, además de investigar los crímenes contra la Humanidad en otros lugares, este país tenga valor para hacer lo propio con los suyos.
Un abrazo.
Seguramente todos fueron culpables de pedir libertad, democracia y esas cosas tan ajenas a ese y a tantos gobiernos. No doblegarse, no aceptar ser parte de la masa que por distintas razones, algunas disculpables incluso, se mantenían en silencio y con la cabeza gacha.
Felicitaciones, como siempre. Un beso.
Tienes razón, Marcela. Fueron muchos los que cambiaron de chaqueta para conservar la vida o para mejorarla, pero ellos pertenecían a esa especie en vías de extinción formada por quienes son coherentes y consecuentes hasta el final.
Otro beso para tí.
Bienvenida Anabel y gracias por venir a esta casa, que es también la tuya.
Anónimo, tengo por norma no contestar los comentarios de quienes no se identifican minimamente. En este caso lo haré para decirte que lo que comentas no se ajusta a la temática de este blog. Respeto tus opiniones sobre lo que expresas pero hay otros foros en los cuales puedes exponerlas.
Un saludo.
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